Información vocacional y de contacto para seguir posibles procesos de discernimiento y acompañamiento vocacional dentro de la Familia Agustino-Recoleta.
Ya ves que nos hemos juntado personas de diferentes orígenes y de muy heterogénea formación y cultura. Pero todos hemos tenido algo en común: un “sentirnos llamados” a esto; un “no sé qué” que nos llevó un día a llamar a las puertas de la Orden para integrarnos en ella.
Partiendo de una cierta inquietud, que cada cual siente a su manera, las razones son variadas: haber conocido a una persona muy especial y que nos empuje con su propio ejemplo a este modo de ser feliz; sentir especial atracción por un trabajo concreto, como puede ser la misión; sentirse inconforme con el modo de vida consumista o individualista que se nos ofrece hoy; anhelar una mayor vivencia espiritual, de oración, de comunión con Dios… Casi que para cada agustino recoleto hubo una razón inicial diferente a la hora de decidirse por este camino.
El proceso vocacional personal es algo muy íntimo, propio y diferente en cada persona. En nuestras casas existen orientadores de vocaciones con los que puedes hablar por primera vez. También en cada zona hay uno o varios promotores de vocaciones con los que se inicia un trabajo personalizado de búsqueda para discernir si realmente estás llamado a esto.
Uno que se decide a seguir a Jesús como agustino recoleto entra en un proceso de formación y acompañamiento conforme a lo previsto en el IVAR (Itinerario vocacional agustino recoleto) antes de ingresar en una casa de formación.
Para llegar a ser agustino recoleto comúnmente se pasa por tres etapas: un aspirantado, por el que se empieza a conocer nuestro modo de vida; un postulantado, para quien tiene algo más clara su opción de seguir a Jesús como agustino recoleto y empieza así los estudios típicos que hacemos, normalmente la Filosofía; y un noviciado, un año completo de experiencia espiritual profunda y de conocimiento exhaustivo de nuestra forma de vida, nuestra historia y nuestras leyes.
Al final del noviciado se hace la primera profesión, por la cual la persona llega a ser agustino recoleto, miembro de la Orden. A esta profesión le sigue un tiempo de formación inicial que no dura menos de tres años. Todo para prepararse ante la decisión definitiva, la profesión solemne:quien la realiza, se compromete a ser agustino recoleto de por vida.
El proceso formativo de un agustino recoleto se realiza conforme al IFAR (Itinerario formativo agustino recoleto), un documento que comprende tanto la formación llamada inicial como la permanente. La formación inicial se extiende desde que uno entra en una casa de formación hasta que se ordena de sacerdote o dos años después de la profesión solemne. La permanente, el resto de la vida.
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