Las misiones, proyectos sociales y acciones solidarias son una constante en la actuación de la Familia Agustino-Recoleta. La Provincia de San Nicolás de Tolentino ha vivido siempre en misión, pues su mismo nacimiento tuvo como motivo la apertura de las misiones de primera evangelización en la Filipinas del siglo XVII. Desde entonces desarrolla su actividad evangelizadora siguiendo el mandato de Jesús en los lugares hoy llamados «de frontera»: allí donde es necesario defender la dignidad de la vida humana, la justicia social, la igualdad de oportunidades, la defensa de los más vulnerables.
La prelatura de Ciudad Madera estaba situada al noroeste del estado de Chihuahua (México). Sus 30.000 km2 estaban en una altiplanicie cruzada por llanuras y la Sierra Madre Occidental de norte a sur, un lugar formado por cordilleras, cerros, valles y barrancas, zonas abruptas y quebradas de baja densidad de población. En la planicie de 2.200 metros sobre el nivel del mar estaban los mayores centros de población. Pero en su extensión, la mayor parte era terreno montañoso de difícil acceso.

La Prelatura constaba de dos distritos: el de Guerrero, con siete municipios (Guerrero, Matachic, Temósachic, Madera, Gómez Farías, Namiquipa, Bachíniva) y el distrito de Rayón con dos municipios (Ocampo y Moris). Se creó en 1966 con las parroquias más serranas de las diócesis de Chihuahua, Ciudad Juárez y Ciudad Obregón, por dos razones: la escasez de clero en una región poco accesible y muy escasa de recursos; y la fuerza apaciguadora de la Iglesia tras la revuelta de 1965.
De la archidiócesis de Chihuahua se tomaron las parroquias de Bachíniva y Ciudad Guerrero; de la diócesis de Ciudad Juárez, las de Ciudad Madera, Temósachic, Gómez Farías y Namiquipa; y de la de Ciudad Obregón, la de Yécora.
En febrero de 1965, el obispo de Ciudad Juárez, Manuel Talamás, buscaba alguna orden religiosa que se hiciera cargo de esas parroquias, y así se lo manifestó al delegado apostólico. Pablo VI creó la prelatura el 25 de abril de 1966. El 20 de junio de 1967 L’Osservatore Romano publicó el nombramiento de Justo Goizueta, vicario provincial de los Agustinos Recoletos en México, como administrador apostólico de la nueva prelatura. Su consagración episcopal fue el 8 de marzo de 1970 en la iglesia de Santa Mónica de los Agustinos Recoletos en la ciudad de México.

El 2 de mayo de 1966 partió del seminario de la Provincia de San Nicolás de Tolentino en Querétaro una pequeña expedición recoleta que, entre el 4 de mayo y el 28 de octubre, se hicieron cargo de las parroquias de Santa Ana, Nicolás Bravo, Ciudad Madera, El Terrero, Gómez Farías y Mesa del Huracán.
El 8 de agosto de 1967 Justo Goizueta tomó posesión de la Prelatura. Contaba con doce agustinos recoletos, tres misioneros de la Natividad de María, tres paúles y un diocesano. Los Recoletos continuaron tomando nuevas parroquias: Namiquipa (1967), Ciudad Guerrero (1968), Bachíniva (1970), Temósachic (1971), La Junta (1971) y Yécora (1971). Hasta 23 agustinos recoletos trabajaron en la Prelatura.
Desde el primer momento se promovieron las vocaciones locales. El clero diocesano se fue multiplicando y se le fueron entregando las parroquias de Temósachic (1972), Santa Ana (1977), Yécora (1981), Mesa del Huracán (1982), Ciudad Madera (1989), Nicolás Bravo (1990) y Gómez Farías (1990).
El 17 de noviembre de 1995 se constituyó la nueva diócesis de Cuauhtémoc-Madera, en la que quedó integrada Ciudad Madera como una de las dos sedes episcopales y otros municipios que pertenecían a la diócesis de Chihuahua. En el año 2011 quedaban dos comunidades recoletas en la nueva diócesis (La Junta y Ciudad Cuauhtémoc).
La tarea de los Agustinos Recoletos fue evangelizadora y sacramental. Las grandes distancias, la escasez de personal laico y religioso, la falta de una pastoral organizada y orientada, les llevaron a un trabajo más parecido al de los primitivos misioneros que al de los modernos pastoralistas.

La Orden no trabajó directamente en el campo educativo o sanitario, pero desde el principio se organizaron desayunos escolares y dispensarios médicos. Por la región serrana se repartieron grandes cantidades de comida y medicinas.
Tras la salida de los Agustinos Recoletos y tras ver los resultados, quienes conocieron al comienzo esas gentes y lugares hablaron de su transformación casi prodigiosa. El materialismo y el neoliberalismo avanzaron con los años, junto con la indiferencia religiosa, pero también hubo bastantes manifestaciones religiosas masivas.
Las principales dificultades con que tuvieron que lidiar los misioneros fueron el analfabetismo, la fe supersticiosa y con poca influencia en la vida cotidiana; la incomunicación; el altísimo porcentaje de alcoholismo; y la emigración.
Los Agustinos Recoletos trabajaron con eficacia en las vocaciones. Prueba de ello es la entrega de la Prelatura al clero diocesano y las múltiples vocaciones religiosas. También las obras materiales han sido abundantes. Tras su retirada, los Recoletos entregaron a los diocesanos casas parroquiales con todos los servicios. La actual infraestructura parroquial en Madera, Nicolás Bravo, Santa Ana, El Terrero, Bachíniva, La Junta, Ciudad Guerrero o Temósachic se debe al trabajo de los Recoletos.
SIGUIENTE PÁGINA: c. Misión del Sarapiquí (Costa Rica)
ÍNDICE DE PÁGINAS: MISIONES
- 1. Agustinos Recoletos: misioneros por necesidad
- 2. Misión, un término complejo y englobante
- 3. Religiosos, laicos y voluntarios misioneros
- 4. Misioneros por ley
- 5. Misioneros por herencia
- 6. Las misiones de la Provincia de San Nicolás de Tolentino en el siglo XIX
- 7. Las misiones de la Provincia en el siglo XX
- 8. Prelatura de Lábrea, Amazonas, Brasil
- 9. Misión de China: Kweiteh/Shangqiu, Henan
- 10. Ciudad de los Niños (Aguacaliente de Cartago, Costa Rica)
- 11. Hogar Santa Mónica (Fortaleza, Ceará, Brasil)
- 12. CARDI, Centro Agustino Recoleto de Desarrollo Integral, Ciudad de México
- 13. El servicio a los migrantes: Estados Unidos, Londres, Madrid