Las misiones, proyectos sociales y acciones solidarias son una constante en la actuación de la Familia Agustino-Recoleta. La Provincia de San Nicolás de Tolentino ha vivido siempre en misión, pues su mismo nacimiento tuvo como motivo la apertura de las misiones de primera evangelización en la Filipinas del siglo XVII. Desde entonces desarrolla su actividad evangelizadora siguiendo el mandato de Jesús en los lugares hoy llamados «de frontera»: allí donde es necesario defender la dignidad de la vida humana, la justicia social, la igualdad de oportunidades, la defensa de los más vulnerables.

La apertura de nuevos campos de evangelización sin la dependencia de los gobiernos trajo una auténtica expansión misionera a lo largo del siglo XX, lo que llevó a la Provincia de San Nicolás de Tolentino a lugares por los que nunca pensó transitar.

Divisiones provinciales de la Orden de Agustinos Recoletos a lo largo de la historia

En un primer momento, los religiosos se dirigieron a zonas inhóspitas y carentes de clero. Hubo religiosos en Chepo y Darién (Panamá), en la costa colombiana del Pacífico, en los estados brasileños de Bahía y Pará o en la Guayana venezolana. Eran zonas de clima malsano, húmedo, insalubres, endémicas de paludismo y fiebre amarilla. Muchos religiosos dejaron su vida o su salud en esos lugares.

La llegada de Pío XI al papado en 1922 dio un impulso general a todas las misiones en la Iglesia. Los Recoletos se asocian a la epopeya misional china (1924) y en las prefecturas de Tumaco (1927) en Colombia y Lábrea (1925) y Marajó (1928) en Brasil.

La reinstauración del resto de las Provincias en la Orden divide en este momento la historia de las misiones de la Provincia de San Nicolás de la historia misionera de la Orden, pues casi todas las nuevas provincias contarán con ministerios misioneros.

Año de llegada de la Familia Agustino-Recoleta a todos los países en donde se ha establecido a lo largo de la historia.

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