En la sección Nosotros presentamos una breve historia de la Orden de Agustinos Recoletos, una más completa historia de la Provincia de San Nicolás de Tolentino y algunos de los rasgos principales de nuestra espiritualidad, carisma y de nuestro santo patrón, Nicolás de Tolentino.
Durante el siglo XVIII la tensión religiosa de la orden decrece ostensiblemente. No faltaron almas selectas ni grupos de religiosos que con su fervor y su entrega apostólica ennoblecieran sus viejas estructuras. Pero con demasiada frecuencia prevalecieron los motivos naturales, el legalismo y el recurso indiscriminado a la costumbre. El espíritu místico y misional merma en la misma medida en que crecen la aspiración a una vida más cómoda y la sed de títulos honoríficos con su letanía de privilegios y exenciones. Fruto y, a la vez, síntoma de esa languidez espiritual son el estancamiento numérico y territorial de la comunidad, la rutina y la decadencia de la vida común.
Entre 1688 y 1824 la comunidad no logra abrir ni una sola casa en España. A mediados del siglo XVII alcanzó la cifra de 1.500 religiosos y en ella se mantuvo durante siglo y medio. En 1808 había descendido a unos 1.100, de los que 900 vivían en España y los restantes entre Colombia y Filipinas. La actividad constructiva fue intensa, se afianzan algunas devociones propias (Virgen de la Consolación, santa Rita) y menudea más de lo justo la residencia de religiosos en parroquias y capellanías extraconventuales.
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