Agustín de Hipona es nuestro fundador y el padre de una extensa Familia Religiosa que sigue su Regla, sus enseñanzas y su forma de vida. En estas páginas nos acercamos a su biografía, su sensibilidad, su forma de vida y sus propuestas a hombres y mujeres de todos los tiempos.
El latín fue su lengua materna. La conoció y desarrolló completamente. Aunque pronunciaba con un fuerte acento africano que le hacía aspirar la “h” (por lo que se burlaron de él en Italia), se convirtió en un referente en el estilo literario, que ha sido muy estudiado por los latinistas.
De hecho, ganó las oposiciones a la Cátedra Imperial de Elocuencia en Milán. Agustín tuvo el encargo oficial de redactar y pronunciar el discurso panegírico de Autón y el elogio oficial del Emperador Valentino II ante toda la corte imperial. No en vano, durante doce años fue profesor y estuvo dedicado íntegramente al estudio de la lengua latina, llegando a concebir un proyecto de enciclopedia llamado Disciplinarum Libri que nunca vio la luz. Era un intento de poner en escrito todo aquello que un estudiante debería conocer, planteado como una imitación de una obra del mismo título de Varrón, un autor de siglo I a.C. Agustín admiraba a Varrón, como la persona más culta que jamás había existido, y en los cinco siglos que separan a ambos no hubo ningún nuevo intento de tipo enciclopédico.
Agustín sólo llegó a escribir un boceto de esta obra, con un esquema de cada una de sus partes, y terminó solamente dos: De Gramática y De Música. El primero lo perdió al final de sus días y el segundo sí se ha conservado hasta hoy.
Agustín tuvo predilección por Virgilio, Cicerón y Varrón. Sin embargo, su educación desde el principio es cristiana, aunque más tarde se verá profundamente atraído por el maniqueísmo. Leyó con avidez el Hortensius de Cicerón iniciando así lo que él llamó la búsqueda de la verdad. Desecha la Biblia porque encuentra contradicciones en ella. De hecho, aunque el ambiente familiar era cristiano —especialmente por su madre, Mónica—, le rodea un ambiente social muy pagano.
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