En la sección Nosotros presentamos una breve historia de la Orden de Agustinos Recoletos, una más completa historia de la Provincia de San Nicolás de Tolentino y algunos de los rasgos principales de nuestra espiritualidad, carisma y de nuestro santo patrón, Nicolás de Tolentino.

En 1621 les llegó la suspirada sanción pontificia. Por medio del breve Militantis Ecclesiæ Gregorio xi elevó la provincia al rango de congregación y encomendó su gobierno a un vicario general. A finales de noviembre del mismo año el capítulo general de la nueva congregación, reunido en Madrid, eligió a su primer vicario y la dividió en cuatro provincias. Las tres primeras, localizadas en España, tendrían una fisonomía prevalentemente contemplativa. La cuarta, de carácter misional, comprendería los conventos y misiones de Filipinas.

La congregación continuaba bajo la jurisdicción del general de los agustinos, pero la presencia en ella de un superior supraprovincial, que visitaba regularmente sus comunidades y actuaba de juez de segunda instancia, fue erosionando su autoridad hasta alejarla del horizonte vital de sus religiosos. La urgencia de fortificar su identidad y trasmitirla a sus sucesores les movió a ajustar su legislación al espíritu de la Forma de vivir y a cultivar la historia propia.

Fruto de estas aspiraciones fueron la redacción de nuevos textos constitucionales y litúrgicos, la composición de un manual que les sirviera de guía por los vericuetos de la oración mental y la aparición de la primera historia de la Recolección. Entre 1621 y 1664 aparecieron tres ediciones de las Constituciones (1630, 1637 y 1664), dos del ceremonial (1621 y 1664), otras dos del ritual (1639 y1650), un comentario a la Regla de san Agustín (1656), una colección de documentos pontificios referentes a la congregación (1664), el primer volumen de su Historia General (1664) y la Teología mística (1644).

Por los mismos años los recoletos completaron su estructura material. En 1621, al adquirir la categoría de congregación religiosa, casi todas sus comunidades estaban instaladas en albergues provisionales, pequeños y a menudo malsanos e inadecuados. En los decenios siguientes casi todos logran su fisonomía definitiva, que conservaron casi intacta hasta su desaparición en 1835. Una buena parte de esos edificios fueron obra de fray Juan de la Virgen de la O (1565-1645) y de su hijo, el padre Lorenzo de San Nicolás (1593-1679), uno de los mejores arquitectos españoles de la época.

Convento de los Agustinos Recoletos en Valencia, España.

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Historia de la Orden de Agustinos Recoletos