Las Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús (ARCJ) acaban de cumplir su primer año de presencia en Fortaleza (Ceará), primera comunidad de esta Congregación de la Familia Agustino-Recoleta en Brasil. Hacemos con ellas balance de un año de servicio a las beneficiarias del Hogar Santa Mónica, proyecto socio-educativo de los Agustinos Recoletos.

En enero de 2021, tras muchos meses de espera y después de un viaje rodeado por las incertidumbres y los cambios constantes en las condiciones de traslado internacional durante la pandemia, tres religiosas de las Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús llegaron a Fortaleza (Ceará) para conformar la primera comunidad en Brasil de esta Congregación femenina de la Familia Agustino-Recoleta nacida en Venezuela.

Tres religiosas naturales de ese mismo país estaban preparadas en marzo de 2020 para ir a Fortaleza a fundar la comunidad. Ese mismo mes estalla de manera global la pandemia y las fronteras de todo el mundo se cierran a cal y canto y la gente se confina. El viaje queda pospuesto hasta que sea posible. El mismo Hogar Santa Mónica, para salvaguardar la salud de beneficiarias, equipo psicosocial y equipo de gestión, cierra sus puertas y comienza a aplicar fuertes restricciones de entrada.

Solo el 26 de enero de 2021, 330 días después, Rosania Gualdrón (en ese momento con 63 años), Argelis de los Ángeles Blanco (34) y Yamilcar Gladimar Suárez (24) aterrizaron en Fortaleza.

La función de esta primera comunidad de ARCJ en Brasil es el apoyo 24 horas al día durante siete días a la semana a las beneficiarias de este centro especializado en acoger a niñas y adolescentes enviadas por las autoridades competentes porque han sufrido o corren grave riesgo de sufrir en su ambiente de procedencia algún tipo de violencia, abuso, explotación, abandono, desescolarización o cualquier conculcación grave de sus derechos.

Un año después las tres hermanas ya se defienden con el portugués y con la tarea encomendada. Han asumido la coordinación pedagógica y se dedican en cuerpo y alma a que todas las necesidades de las beneficiarias estén cubiertas: alimentación, educación, salud, vestido, cariño, respeto, terapia reconstructiva…

Argelis de los Ángeles explica cómo se ha sentido su primer año en Fortaleza:

“Estoy muy agradecida a Dios por esta gran oportunidad que me ha dado para llevar la Buena Noticia a tantas personas que no le conocen. Las experiencias son muchas. Pero llegué aquí con la intención de dar amor, y en realidad acabé recibiendo tantas enseñanzas y cariño en Brasil, a través de estas pequeñas almas que sonríen cada día mostrando el rostro vivo de Cristo…
Es la gracia de Dios lo que me mueve, y no mis fuerzas”.

También la hermana Yamilcar resumió su experiencia:

“Acabamos de completar un año de misión. Me gusta esta nueva experiencia de vivir como Agustina Recoleta del Corazón de Jesús. El Hogar Santa Mónica es la entrega concreta que el Señor me pide para seguir respondiendo a su llamada. Me ha enseñado que aunque en la vida aparezcan muchas pruebas y motivos para pensar en negativo, la ayuda de otras personas y principalmente de Dios nos permite a todos seguir adelante y buscar un futuro mejor”.