Los CEARs –Centro de Espiritualidad Agustino-Recoleta– han nacido como una respuesta al hombre del siglo XXI, un hombre desarraigado y en búsqueda de sentido. Son una respuesta al llamado que hace el papa Francisco: «Estamos llamados a crear una sociedad capaz de reconocer la dignidad de cada persona y de compartir el don que cada uno es para el otro».
Con estas palabras María Eugenia Gutiérrez Trujillo abre la presentación de estos “centros” y añade que “Aquí encuentran su razón de ser y abarcan al ser humano en todas sus dimensiones, sin perder de vista el objetivo final: el encuentro con el Maestro interior, que aviva el sentido y razón de la existencia”.
Origen y evolución del CEAR-Costa Rica
Según María Eugenia, la historia del CEAR de Costa Rica se remonta al año 2010. Frailes inquietos crearon en la Vicaría de México y Costa Rica un espacio donde compartir el carisma agustino recoleto y dar a conocer la vida de los agustinos recoletos en una sociedad necesitada de espiritualidad y desarrollo humano.
Al principio se ofrecieron algunos talleres de espiritualidad como Aula Agustiniana, Talleres de Biblia, Talleres de oración y algún Taller de desarrollo humano. En el año 2012 el CEAR fue oficialmente consolidado y se establecieron cinco pilares o áreas de trabajo.
El CEAR de Costa Rica fue alzando el vuelo. Según una ley de este país, una empresa puede donar sus impuestos por una vez en favor de la vida a la iglesia. Así ocurrió, de modo que una empresa entregó sus impuestos al CEAR Costa Rica y pudo construirse la sede del CEAR dentro del Seminario San Ezequiel Moreno en Pozos de Santa Ana (San José).
Este espacio tan adecuado ha infundido vitalidad al grupo de personas -alrededor de 30-, que cubren las diferentes áreas y que voluntariamente comparten sus conocimientos y su tiempo en la atención y acompañamiento de alrededor de 500 personas que pasan por el CEAR cada año.
En el año 2016 los CEAR, nacidos en la Vicaría de México y Costa Rica, pasaron bajo la dirección del prior general y su Consejo y fueron declarados ministerio de la Orden con sus respectivos estatutos.
“El CEAR es una obra de Dios, es un espacio “creador de comunión”. En el caminar del CEAR en estos años se fue gestando este maravilloso proyecto que año tras año es testigo de muchas transformaciones en los diferentes aspectos de cada persona que traspasa las puertas del CEAR; en cada una de ellas hay un antes y un después”, afirma Gutiérrez Trujillo.
Aspectos formativos de los CEAR
Aunque en todos los CEARs se busca una formación integral de la persona, en el CEAR-Costa Rica se afrontan los siguientes aspectos.
1. Crecimiento humano
Afirma Gutiérrez Trujillo que este aspecto se intenta lograr por medio de cursos y talleres que facilitan el conocimiento de uno mismo, siguiendo el proceso de la interioridad que propone san Agustín: recorrer el camino de Jesús hombre para llegar a Cristo Dios. Cada semestre van variando las ofertas en este campo: talleres de autoconocimiento como el de “Conócete, acéptate, supérate”, tanatología, sentido de vida, eneagrama, sexualidad, entre otros.
2. Experiencias agustinianas y espiritualidad
Comenta María Eugenia que este “mundo” de experiencias agustinianas y espiritualidad conlleva la práctica de retiros de silencio, ejercicios espirituales y talleres de oración donde se habla desde la propia vida y se comparte, al estilo de san Agustín. Su objetivo: la unificación del corazón. Todas estas acciones no son clases, y por tanto no reducen al CEAR-Costa Rica (ni a los CEARs, en general) a un instituto ni a ponencias de temas agustinianos. Se trata de hablar desde la propia vida, compartir la vida.
Todos estos talleres ya van por su sexta edición. Tanto los retiros de silencio como los talleres de oración están diseñados para toda la Orden de Agustinos Recoletos por el ERO -Equipo de Revitalización de la Orden-.
En Costa Rica cada año se realizan unos cinco retiros de un día y cuatro talleres largos de fin de semana. Los talleres de oración se imparten en diferentes sitios cada semestre con periodicidad semanal.
Los talleres bíblicos y las aulas agustinianas son parte de la oferta del área de espiritualidad.
3. Formación de líderes
Es otra de las acciones importantes de un CEAR. Se trata de formar a personas que conozcan a san Agustín, pero sobre todo que estén investidos de actitudes evangélicas para compartir con los líderes de las comunidades de laicos una formación integral que abarque todas las dimensiones de su vida. Si bien esto se hace en algunas comunidades parroquiales, desde el CEAR se hace con unos cursos cortos, que les dan herramientas para su vida.
4. Pastoral social
Una espiritualidad o formación integral no puede desconectarse del mundo en que se vive, en el que los pobres y los desequilibrios sociales son una tremenda realidad, un grito que no es posible desoír.
En el caso de Costa Rica el CEAR ha abierto su espacio a ARCORES Costa Rica, que es una red social de los Agustinos Recoletos. Bajo el paraguas de esta red se van gestando pequeños proyectos que involucran a todas las personas que desean dar y compartir lo mucho que han recibido durante estos años en el CEAR. Actualmente están activos los proyectos: “Maestros de Esperanza”, que acompaña a adultos mayores de la comunidad de Pozos de Santa Ana, “Calle Esperanza”, que atiende a personas en situación de calle, Áreas de ayuda en bolsas de empleo y apoyo, que cuenta con asesores jurídicos en diferentes áreas.
5. Acompañamiento y escucha
Lo que antes se llamaba “dirección espiritual” hoy se denomina “acompañamiento integral”. Es un instrumento esencial que sensibiliza a la persona y acerca a Dios de una forma más personal y delicada. El CEAR quiere ofrecer esta línea de acompañamiento que es muy diferente del simple coloquio. Esta área, que va en aumento, ha contado con capacitación de personas en el área de “Escucha”, la gran necesidad del hombre invadido por tanto ruido exterior.
Termina comentando María Eugenia que «la pandemia nos llevó a la virtualidad y, visto de una manera positiva, esta situación nos ha facilitado conocer las diferentes demarcaciones que siguen por estas sendas, y compartir experiencias y talleres con diferentes enfoques como ha sido el de sobre las Confesiones de san Agustín, sin olvidar los momentos de oración compartida a diario, en la que se han involucrado varios países».











