Los pasados 1, 2 y 3 de abril un grupo de entre diez y quince jóvenes que se preparan para recibir la confirmación participaron de una pascua juvenil en la Parroquia de Santa Rita de Madrid.

Las jornadas organizadas por la comunidad de frailes comenzaron el día 1 de abril a las 16:30 con las palabras de bienvenida del párroco Alberto Moreno y Antonio Antón, promotor vocacional. Ambos contaron a los jóvenes qué soñaban de esta Pascua Juvenil, primera edición después de muchos años.

Después de las palabras de bienvenida, fray Alfonso Dávila comenzó con el primer tema titulado: “¡Se buscan amigos y lavadores de pies!”. Los jóvenes participaron de la celebración litúrgica del jueves santo y de una hora santa.

El viernes 2 de abril la jornada comenzó a las 15.30 horas con el tema titulado “¿Por qué debería de bajar del ciruelo?” sirviéndose del personaje de la novela Nada de Jane Teller. Se les presentó a los jóvenes a Piere Antoine, un joven que decide subir a un ciruelo porque no quiere vivir la vida, pero tampoco desea morir y le da pánico suicidarse. Se habló sobre cómo vivimos nuestra vida y en qué grado nos sentimos interpelados por el otro. Los jóvenes también ayudaron en los oficios del viernes santo. Tras la celebración del oficio litúrgico vivieron un viacrucis.

El sábado de gloria la jornada fue de cierre. Trabajaron el sueño que tienen los jóvenes. Sus sueños personales fueron guardados en unos sobres y de aquí a diez años se les devolverán. También se les preguntó por el sueño dentro de la Parroquia de Santa Rita. Desde la autenticidad que tienen los jóvenes propusieron, a modo de sueño:

  • Ir a la JMJ de Lisboa
  • Crear un coro joven
  • Hacer convivencias de jóvenes
  • Organizar campamentos de verano
  • Vivir horas santas
  • Visitar conventos de clausura
  • Hacer video-llamadas a parroquias recoletas de otros países
  • Dormir en la iglesia
  • Hacer mercadillos solidarios
  • Ver películas
  • Conocer la casa de los frailes
  • Ver bailar a los frailes
  • Poner una bola disco en la Iglesia…

Estos son algunos de los sueños de estos jóvenes, que fueron presentados como ofrendas en la vigilia pascual. Con ellos nos viene un compromiso como comunidad, para acogerlos y acompañarlos. Estos jóvenes no son el futuro de nuestra comunidad, sino que comienzan a ser “nuestro hoy”, el hoy de la Parroquia.