Esta Congregación femenina de la Familia Agustino-Recoleta, que cuenta ya con casa en Colombia y en Perú, abre su campo de acción a otro país, Brasil. Tres religiosas trabajarán mano a mano en el Hogar Santa Mónica con tres agustinos recoletos, quienes también reestructuran su presencia y ministerios en Fortaleza.
La presencia y misión de la Familia Agustino-Recoleta en la ciudad brasileña de Fortaleza, capital del estado de Ceará, ha pasado por una importante transformación al comienzo de 2021. Así, han llegado a Fortaleza las Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, que hace ya varios años fundaron una casa en Perú, otra en Colombia, y ahora lo hacen en Brasil, aunque su presencia más intensa está en Venezuela, país donde nacieron.
Por otro lado, los Agustinos Recoletos han dejado la Parroquia de San Pedro y su residencia en el barrio de Barra do Ceará, donde se encontraban desde el comienzo del siglo XXI, cuando fue fundado el Seminário Santo Agostinho. Cerrada definitivamente la casa de formación, centrarán a partir de ahora todos sus esfuerzos en el Hogar Santa Mónica y la promoción vocacional.
Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús en Brasil
El Hogar Santa Mónica tiene como objetivo la acogida de niñas y adolescentes a las que las autoridades competentes (el poder judicial, principalmente) han decidido retirar de su ambiente habitual de vida por haber sufrido o correr grave riesgo de sufrir algún tipo de violencia o grave conculcación de sus derechos: abuso, explotación, abandono, daños físicos o emocionales, falta de atención…
El Hogar Santa Mónica, con una larga experiencia de más de diez años, ofrece a estas víctimas una atención integral de todas sus necesidades primarias (vivienda, alimentación, aseo, educación, salud), además de ayuda terapéutica, apoyo familiar y elaboración de informes de seguimiento para las autoridades civiles para que tomen la decisión adecuada sobre su vuelta al entorno social y familiar del que procedían.
Entre febrero de 2013 y octubre de 2019, además de los Agustinos Recoletos y del equipo interdisciplinar de atención profesional (psicólogas, educadoras, asistentes sociales), el Hogar Santa Mónica contó con la presencia de una comunidad de Misioneras Agustinas Recoletas.
Con la ventaja de pertenecer al mismo carisma y familia de los Agustinos Recoletos, esta comunidad religiosa estaba presente en el Hogar en un formato 24/7, asegurando la atención permanente de las beneficiarias con un toque femenino de atención y ejemplaridad.
Sin embargo, en un proceso de reestructuración, las Misioneras Agustinas Recoletas tuvieron que dejar este ministerio y clausuraron su comunidad en Fortaleza. Los Agustinos Recoletos lograron entonces un contacto con las Agustinas Recoletas de Corazón de Jesús, que forman también parte de la Familia Agustino-Recoleta, para ofrecerles la posibilidad de participar del proyecto social con su presencia.
En septiembre de 2019, dos religiosas llegan desde Venezuela y tienen la oportunidad de conocer in situ el ministerio y el proyecto, con el objetivo de elaborar los informes pertinentes para que la Congregación tome cualquier decisión desde un conocimiento más profundo.
Tras los oportunos procedimientos y deliberaciones, las Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús fijan como fecha de su llegada al Hogar Santa Mónica el mes de marzo de 2020. Quieren acoger este ministerio desde una gran alegría y esperanza, por representar para ellas un desafío único, la posibilidad de expandirse a un nuevo país y atender a un grupo tan especial de beneficiarias desde la particularidad de este ministerio. También será su primera comunidad que trabaja mano a mano con la Provincia de San Nicolás de Tolentino de los Agustinos Recoletos. Hasta ahora su único referente era la Provincia de Santo Tomás de Villanueva, con la que comparten mucho en Venezuela.
Pero ese mes, marzo de 2020, está marcado en rojo en las agendas y en la historia de todas las sociedades occidentales: es cuando comenzó la inesperada pandemia. El mundo que conocíamos cambió en cuestión de semanas: se cierran fronteras, se cancelan transportes, consulados y embajadas dejan de hacer trámites.
El viaje y el inicio de actividades en Fortaleza quedaron cancelados. Y solo han podido las hermanas salir de Venezuela hasta 11 meses después. El 24 de enero las tres fundadoras inician un viaje que, ya de por sí, representa una aventura con su recorrido cansado y de locura por cuatro países distintos: Caracas, Cancún, Ciudad de Panamá, São Paulo, Fortaleza.
Finalmente, Rosania Gualdrón (63 años), Argelis de los Ángeles Blanco Mijares (34) y Yamilcar Gladimar Suárez Suárez (24), agustinas recoletas del Corazón de Jesús venezolanas, llegan al aeropuerto de Fortaleza el 26 de enero, en la madrugada. No hubo ese día recepción multitudinaria, porque quedaron confinadas en cuarentena durante la siguiente semana.
La bienvenida oficial se produjo el 1 de febrero, con un desayuno, música y presentaciones personales en el caso de las beneficiarias; y posteriormente, la comida con todos los trabajadores y voluntarios del proyecto.
Las Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús han firmado un convenio de colaboración con el Hogar Santa Mónica, por el que serán las responsables de todas las acciones directas en la atención a las beneficiarias; por su parte, los Agustinos Recoletos se centran en la gestión, relaciones con otras instituciones, administración y conformación de los equipos de trabajo y de voluntarios.
nueva presencia de los Agustinos Recoletos en Fortaleza
Los Agustinos Recoletos llegaron a Fortaleza nada más comenzar el siglo XXI. Se establecieron en la Barra do Ceará, barrio límite del norte de la ciudad, donde inauguraron una casa de formación, aspirantado y postulantado, bajo el nombre de Seminario San Agustín, y atendieron pastoralmente la región, entonces zona misionera de la Archidiócesis de Fortaleza sin la configuración de Parroquia.
Desde enero de 2016 ya no había seminaristas, dado que la Provincia de San Nicolás de Tolentino decidió enviar a sus aspirantes y postulantes a la casa de formación de Franca, São Paulo, Brasil, de la Provincia de Santo Tomás de Villanueva. Por otro lado, la zona misionera se convierte con el tiempo en Parroquia de San Pedro, dentro de una Archidiócesis que cuenta con casi 450 clérigos y abundantes vocaciones.
La comunidad religiosa estaba viviendo a casi 20 kilómetros de distancia del Hogar Santa Mónica, con un trayecto que dependiendo del tráfico podía durar hasta una hora y media, al ser necesario cruzar por completo la capital cearense, nunca menos de media hora.
La Orden de San Agustín, en concreto su Provincia de Nuestra Señora de la Consolación, con sede en Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, llevaba tiempo buscando expandirse en el nordeste brasileño. De ahí que las circunstancias han coincidido providencialmente para todos: en el antiguo Seminario San Agustín de los Agustinos Recoletos acaban de fundar la Comunidad San Alipio y San Posidio y también se encargarán pastoralmente de la Parroquia de San Pedro.
Su idea también es, con el tiempo, acoger vocaciones de la región. El 13 de febrero los agustinos tomaron posesión de la Parroquia con la participación del obispo auxiliar de Fortaleza, Julio César de Souza, del prior provincial agustino, Luis Antonio Pinheiro, y el delegado de la Provincia de San Nicolás de Tolentino en Brasil, Juan Cruz Vicario.
Después de 22 años, los Recoletos dejaban la Parroquia en buenas manos, y los feligreses correspondieron a este tiempo de servicio con gran cariño. Cuenta con comunidades de base bien organizadas, acogedoras, dinámicas, florecientes y con gran presencia de jóvenes.
Los Agustinos Recoletos se han retirado a una vivienda mucho más apropiada para una comunidad religiosa de tres miembros, situada en el barrio de Jangurussu, a solo quince minutos de trayecto del Hogar Santa Mónica. Allí residen desde el día 9 de febrero.
Los tres religiosos que conforman la comunidad tendrán como dedicación especial el propio Hogar Santa Mónica y la promoción vocacional, puesto que uno de ellos ha sido nombrado promotor vocacional.