El prior general de la Orden de Agustinos Recoletos, Miguel Miró, presenta a todos los religiosos en esta jornada, fiesta de santo Tomás de Villanueva, un extenso documento de 96 páginas donde reflexiona y propone ideas para la vivencia no solo espiritual, sino también práctica y real de la pobreza evangélica.

Miguel Miró (Vinebre, Tarragona, España, 1949), prior general de la Orden de Agustinos Recoletos, ha querido durante esta celebración de la fiesta de santo Tomás de Villanueva, uno de los santos de la Familia Agustiniana que fue un baluarte de la vivencia de la pobreza y de la solidaridad con los empobrecidos, presentar un extenso documento de 96 páginas titulado Vivir la pobreza. Gracia y reto, y que lleva como subtítulo una frase evangélica: ¡Felices vosotros, los pobres, porque el Reino de Dios os pertenece! (Lc 6,20).

El contexto que ha permitido la preparación y publicación de este documento es el mismo que han vivido millones de personas en el mundo: el confinamiento obligado para mantener a raya la expansión del coronavirus y de la enfermedad COVID-19 que produce; tiempos de sufrimiento, desaliento y desconcierto, pero también de solidaridad y de reflexión:

“La pandemia me ha obligado a cambiar de planes y a suspender los viajes y las visitas programadas, pero me ha permitido disponer de más tiempo para la oración, para el estudio, para serenar el espíritu y para poder llevar a cabo otras tareas pendientes. En estos meses, he ido preparando el documento sobre la pobreza, que ahora les comparto. Lo inicié en el mes de marzo, confinado en Maracaibo, durante la visita de renovación a Venezuela y lo he desarrollado y concluido en esta larga permanencia en Roma”.

En la propia presentación del documento, el prior general explica el motivo de esta publicación, petición expresa que le hizo el 55º Capítulo General de la Orden de Agustinos Recoletos (2016), que le encomendaba personalmente:

“Elaborar un documento sobre el consejo evangélico de pobreza y el modo de vivirlo hoy. Señalar en él los criterios que han de orientar la gestión de los bienes de las provincias y de la Orden de acuerdo con las últimas directrices de la Santa Sede” (Proyecto de Vida y Misión 2016-2022, G.1).

Resume así el prior general su respuesta a esta petición capitular:

“Se me pidió preparar un documento sobre la pobreza. Respondiendo a esta petición, les propongo considerar la pobreza en su dimensión vivencial, como seguimiento de Jesús de Nazaret y experiencia liberadora en nuestra vida y en nuestra misión.
[…] Mi deseo es proponerles encarnar esta vivencia [de la pobreza evangélica] en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades. Les sugiero un cambio de paradigma: pasar del afán de poseer y consumir a vivir con gratitud la pobreza y la sobriedad evangélicas.
En la exposición parto de la primera de las Bienaventuranzas: ¡Felices los pobres! En segundo lugar, les propongo vivir con coherencia y alegría la opción de pobreza que hemos profesado. El capítulo tercero quiere ser una breve consideración sobre san Agustín, la historia de la Orden y nuestras Constituciones.
En el capítulo cuarto sugiero algunas disposiciones para vivir la pobreza, la opción preferencial por los pobres, repensar la economía y la relación de la pobreza con la ecología. En el capítulo quinto apunto unas orientaciones concretas para vivir hoy la pobreza personal e institucional. Y termino con una invitación a la gratitud y a la esperanza”.

El propio Capítulo General, al describir la identidad de los Agustinos Recoletos en lo relativo a su Visión de ellos mismos, de la realidad y del mundo en el que sirven, especifica:

“Queremos seguir a Cristo pobre. Necesitamos poco y tenemos los bienes en común. Vivimos con austeridad, preocupándonos más por lo común que por lo propio, y agradeciendo siempre al Señor sus dones, que compartimos con pobres y necesitados”.

El prior general presenta la vivencia de la pobreza como una gracia, un reto, un camino de felicidad y una muestra de autenticidad hacia la gente; también como una liberación de la codicia, del consumismo, de la indiferencia; y como un trampolín de encuentro con Dios y con los hermanos desde la solidaridad con los empobrecidos y olvidados.

El documento se ha presentado hoy en español, inglés y portugués en versión electrónica y próximamente se editará en papel dentro de la colección “Cuadernos de la Recolección”.

Índice

1. “¡Felices los pobres!”

1.1. El espíritu de las Bienaventuranzas

1.2. La pobreza en una Iglesia en salida

2. Optamos por seguir a Cristo pobre

2.1. El camino de las Bienaventuranzas

2.2. Somos Profetas del Reino

2.3. La economía al servicio del carisma

  • 2.3.1. “Memoria viva de Cristo pobre”
  • 2.3.2. “La mirada de Dios: carisma y misión”
  • 2.3.3. “Dimensión económica y misión”
  • 2.3.4. “Indicaciones operativas”

3. La pobreza en san Agustín y en los Recoletos

3.1. En san Agustín

3.2. Entre los agustinos recoletos

3.3. La pobreza en las Constituciones

4. Nuestra pobreza: gracia y esperanza

4.1. Pobreza liberadora

4.2. Nuestras actitudes, deseos y pobrezas

  • 4.2.1. Camino de gracia y humildad
  • 4.2.2. Discernimiento y comunión
  • 4.2.3. Sencillez, sobriedad y austeridad de vida

4.3. Comunión de bienes, trabajo, solidaridad

4.4. Opción preferencial por los pobres

4.5. Repensar nuestra economía

4.6. Ecología integral y pobreza evangélica

4.7. Una historia que contar, una historia que construir

  • 4.7.1. Evangelización de la isla de Negros, en Filipinas
  • 4.7.2. La Fazenda do Centro (Espírito Santo, Brasil)
  • 4.7.3. Apostolado social en el siglo pasado
  • 4.7.4. Una historia por construir

5. Orientaciones para vivir la pobreza

5.1. Itinerario personal

5.2. Proceso y compromiso comunitario

5.3. Red solidaria internacional agustino recoleta

6. El Reino de Dios os pertenece

Lee el documento

Español: Vivir la pobreza: gracia y reto.

English: Witnessing to Poverty. A Blessing and A Challenge.

Português: Viver a pobreza: graça e desafio.