El CEAR-Costa Rica cierra sus actividades del semestre primero el día 27 de junio en el seminario San Ezequiel Moreno de Pozos de Santa Ana (San José) con una convivencia fraterna en que se combinó arte, religiosidad y fraternidad.

En los actos de clausura se tuvo un recuerdo muy especial para Ana Ivelice Chacon Caamaño, miembro del CEAR que hace seis meses partió a la casa del padre.

Se organizó una paraliturgia mariana que comenzó con unas breves palabras de María Eugenia Gutiérrez, que resaltó los valores de Ana Ivelice, su legado como persona y las huellas que dejó en su paso por el CEAR de Costa Rica.

La paraliturgia mariana estuvo dirigida por Bernal Guerrero Sandi, formando del seminario San Ezequiel Moreno, de los Agustinos Recoletos. Una noche íntima ante los pies de María nos hizo reflexionar sobre lo efímero de la vida y la grandeza de imitar a María.

Los asistentes pudieron disfrutar en este acto mariano de una pieza especial: de la excelente interpretación del Ave María de Franz Schubert, interpretada por la bailarina cubana Raquel Escalona, de la academia Danzares de Costa Rica.

El agustino recoleto Víctor González, director del CEAR de Costa Rica, al no encontrarse en el evento, envió un mensaje de saludo y motivación a seguir creciendo como familia, como en esa casa de Dios en que se convierte cada espacio del CEAR.

Dos grupos, uno de Jazz y otro de Hip Hop de Danzares de Costa Rica, deleitaron a los asistentes con su gracia, talento y alegría.

Otro de los momentos inesperados fue el reconocimiento que el CEAR otorgó a todo su equipo que, actualmente, entre facilitadores de diferentes talleres, equipos dirigentes de los diferentes grupos de ARCORES-Costa Rica y apoyos litúrgicos de diferente índole, asciende a 62 personas.

Después de la paraliturgia se entregaron reconocimientos a 165 personas de los diferentes talleres de desarrollo humano y talleres de oración.

Una clausura más que se vive con gratitud, con alegría desbordada, con el orgullo de formar parte de este gran ministerio CEAR-Costa Rica.

Al final el público compartió gozosamente platillos deliciosos y anécdotas, lo que contribuye a que este grupo sea familia y que cada día comprenda mejor el llamado del papa Francisco a ser “creadores de comunión”.

Ya se ha abierto el plazo para matricularse para el próximo semestre. Muchos sueñan con empezar de nuevo; otros continuarán este camino de crecimiento humano y espiritual.