La iglesia de la Parroquia Santa Rita de Madrid, en la tarde del día 28 de septiembre, acoge la celebración eucarística de los mártires agustinos y agustinos recoletos en el Japón del siglo XVII, en la cual ocho nuevos seglares se comprometen ante la Iglesia a vivir el Evangelio por la senda de la espiritualidad agustino-recoleta.

En la monición de entrada se ofreció la semblanza de los ocho mártires recoletos en el Japón: cuatro frailes –los beatos Vicente de San Antonio, Francisco de Jesús, Melchor de San Agustín y Martín de San Nicolás– y cuatro seglares japoneses –santa Magdalena de Nagasaki, patrona de las Fraternidades Seglares Agustino-Recoletas, y los beatos Lorenzo Hachizo de San Nicolás, Agustín de Jesús María, de nombre Mancio, y Pedro de la Madre de Dios, nominado Pedro Kuhioe–.

Presidió la celebración el vicario de la Provincia de San Nicolás de Tolentino, Rafael Mediavilla, con el que concelebraron agustinos recoletos de las casas de Madrid y el prior general, Miguel Miró.

Siete de los ocho nuevos seglares agustinos recoletos pertenecen a la Fraternidad de la Parroquia de Santa Rita y una, a la de la Parroquia de Nuestra Señora de Buenavista, en Getafe (Madrid). El grupo se vio también acompañado de seglares agustinos recoletos de las parroquias madrileñas de Santa Mónica y de Santa Florentina, y por feligreses de la misma Parroquia de Santa Rita; pero de alguna manera todas las Fraternidades se hicieron presentes al encontrarse en la celebración Antonio Larios Lizana, presidente del Consejo Nacional de las Fraternidades.

Los cantos litúrgicos estuvieron al cargo del coro de la casa de formación San Agustín de Las Rozas (Madrid), que, bajo la batuta del profesor Bernardo Álvarez de Benito, interpretaron magníficamente todas las piezas musicales.

En la homilía Rafael, después de expresar los motivos de alegría y agradecimiento por el acontecimiento que se estaba celebrando, expuso en un tono vívido las exigencias e implicaciones que la vida de fe supuso para los mártires japoneses, lo que, con las variantes de tiempo y lugar, plantea actualmente a todo seguidor de Jesús la vivencia coherente de la fe. Hizo una alusión especial a los ocho nuevos seglares agustinos recoletos, a los que propuso como ejemplo a seguir a los seglares agustinos recoletos japoneses mártires por su valentía en la forma de vivir y proclamar el Evangelio, tanto personalmente como en el ámbito eclesial entre sus mismos paisanos.

El rito de la “emisión de las promesas de vida evangélica como agustinos recoletos” se realizó con toda solemnidad bajo la dirección del diácono Germán Antonio Antón y, una vez que el presidente de la asamblea los aceptó como miembros de la Fraternidad Agustino-Recoleta y partícipes de todos sus bienes espirituales, a cada uno se les entregó la “Regla de vida” y una insignia con el escudo de la Orden, como distintivo especial. El abrazo de paz que recibieron tanto de los concelebrantes como de todos los fraternos presentes fue la forma de expresar la acogida y pertenencia a la Familia Agustino-Recoleta.

La celebración eucarística siguió su desarrollo ritual, pero la Comunión se distribuyó a todos los asistentes bajo las dos especies.

Después de la bendición final el prior general dirigió unas palabras de enhorabuena a los nuevos fraternos y de acción de gracias a Dios porque el carisma agustino recoleto sigue vivo en la Iglesia.

A modo de cierre el acto litúrgico se entonó el himno a Nuestra Señora de la Consolación, del agustino recoleto Domingo Carceller.

Después de la fiesta litúrgica prosiguió la fiesta en el salón parroquial compartiendo un refrigerio.