La Federación de Monjas Agustinas Recoletas de México cumple 25 años y ya se ha expandido por México, Estados Unidos, Brasil, Kenia. Ha permitido que cada uno de los monasterios asociados participe de actividades y recursos comunes en materia de formación inicial y permanente, pastoral vocacional y administración económica.
A. Reunión en Querétaro de más de 150 monjas de clausura agustinas recoletas
Del 21 al 23 de septiembre de 2013 se produjo en Querétaro (México) un hecho posiblemente muy poco repetido en la historia de la Iglesia: más de 150 monjas de clausura se reunieron para celebrar el primer centenario de la declaración de los Agustinos Recoletos como Orden. Las actividades de formación, la convivencia y la visita cultural a la ciudad, que dejó perplejos a muchos ciudadanos, fueron momentos especiales de refuerzo del carisma de la vida común.
B. Fundación del monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe de Guaraciaba do Norte, Ceará, Brasil
C. Vida contemplativa agustino-recoleta en África: Fundación del monasterio San Agustín en Lodwar, Turkana, Kenia
Tras la fundación del monasterio de Wote por parte de la Federación de Agustinas Recoletas de España en Kenia, la Federación de México decidió abrir otro en la región de Turkana, al norte del país. El afianzamiento de la vida contemplativa agustino-recoleta en el país africano, la llamada efectuada por la diócesis de Lodwar, presidida por Patrick Joseph Harrington, un irlandés perteneciente a la Sociedad de Misiones Africanas, las perspectivas vocacionales y el carácter misionero del carisma agustino recoleto fueron los motivos que animaron a la fundación.
La diócesis carecía hasta el momento de este género de vida religiosa y cristiana. La región está prácticamente en “primera evangelización”, puesto que la Iglesia Católica solo lleva cuarenta y cinco años en la región. Tanto el obispo como los religiosos de la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol y María, Madre de la Iglesia buscaron con firmeza que las Agustinas Recoletas llegasen a su diócesis, por ser “una fuente de bendiciones para la diócesis y un ejemplo de vida espiritual para el pueblo turkana”, según expresa la solicitud de fundación.
Para su supervivencia como comunidad, las monjas se dedican a la elaboración de hostias, la confección de uniformes para colegios, el bordado de ornamentos y el mantenimiento de su propia huerta. El 25 de septiembre de 2010 se inauguraron las instalaciones edificadas para tal efecto.