El Colegio San Agustín de los Agustinos Recoletos en Valladolid (Castilla y León, España) cumple 50 años.
1. Evangelizar en un colegio
A) Una encomienda de la Iglesia y de la sociedad
El Colegio San Agustín es un modo de evangelizar, de presentar la noticia de Jesús en unos valores concretos y proponiendo un sentido de la vida basado en la fe, la comunidad y el carisma de los agustinos recoletos. No es solamente una oferta, sino sobre todo un compromiso, pues cuando los padres depositan en el Colegio su confianza esperan algo más que la transmisión de contenidos; piden al Colegio que eduque en unos valores concretos y mediante un testimonio especial de vida.
Esto no es exclusivo del San Agustín, sino para todos los colegios de la Provincia de San Nicolás de Tolentino. Los textos oficiales indican que “el objetivo del apostolado educativo es la educación integral de la persona: lograr la síntesis de fe y cultura, preparar el terreno para acoger el evangelio mediante la promoción de valores humanos y cristianos, la evangelización de los alumnos y su maduración en la fe”.
Como parte de una organización mayor, el Colegio San Agustín cuenta con una serie de elementos comunes con los otros colegios de la Provincia. Se rige por los Estatutos de Centros Docentes y establece las notas de identidad, los objetivos y la estructura del colegio; sigue un carácter propio, que define la identidad cristiana, el carácter agustino recoleto y la acción educativa; y cuenta con varios documentos sometidos a la aprobación del prior provincial y su Consejo, como son el proyecto de pastoral y el reglamento de régimen interior.
Además de esa “evangelización constante” determinada por los contenidos donde la Ley permite y la enseñanza transversal de valores, hay un equipo de pastoral, responsable de la formación religiosa y de la pastoral educativa. Elabora y evalúa el proyecto de pastoral, programa la enseñanza religiosa no académica y la catequesis, impulsa la formación religiosa del profesorado, renueva e impulsa la evangelización, lleva a cabo campañas, celebraciones y actividades religiosas, arbitra medios para la promoción y acompañamiento de vocaciones y fomenta la interrelación con los otros ministerios agustino-recoletos.
El coordinador del equipo pastoral es nombrado por el Secretariado de Apostolado educativo a propuesta del director titular, y es quien presenta el plan de pastoral y el plan vocacional del centro y forma parte del equipo directivo.
A los religiosos se les pide reunir las condiciones personales y de titulación que su oficio exige. Pero además, sus superiores les invitan a actualizarse y formarse, se les pide colaborar con el equipo de pastoral y se les invita a ser testimonio directo de su vida religiosa ante los alumnos y toda la comunidad escolar.
B) El seminario, evangelizador
Según las Constituciones de los Agustinos Recoletos, el primer ámbito de evangelización y trabajo pastoral de un religioso es su propia comunidad. Un religioso, como persona, busca un constante crecimiento y su misma evangelización es tarea de toda una vida.
La pastoral con los seminaristas fue siempre una de las principales tareas de la comunidad. Cursillos de preingreso, campamentos de verano, atención espiritual, liturgias conjuntas, ejercicios espirituales, actos de devoción, sábados de espiritualidad mariana, confirmaciones… Además fueron de mucha tradición la celebración de los santos de la familia agustino-recoleta, unión de cultura y espiritualidad con obras de teatro, ceremonias preparadas por los seminaristas…
De relieve especial fueron la celebración del XVI Centenario de la conversión de San Agustín en 1986 y el IV Centenario de la Recolección Agustiniana en 1988. Con motivo de este último, se organizó un encuentro de la Orden en el que participaron 250 seminaristas de Guadalajara, Lodosa, Salamanca y Valladolid, pertenecientes a tres de las Provincias de la Orden, San Nicolás de Tolentino, Santo Tomás de Villanueva y San José.
Respecto a la formación permanente de los religiosos, que no deja de ser una forma de evangelización, el Colegio fue en determinados momentos centro de acción de importantes eventos. Así, en agosto de 1995 se celebraron unas importantes Jornadas de Espiritualidad con participación de religiosos de toda España sobre las Constituciones de la Orden de Agustinos Recoletos.
C) Búsqueda de caminos de encuentro
Respecto a los alumnos externos, la primera y principal evangelización se da en la tarea educativa, mediante la enseñanza transversal de valores, el testimonio de la comunidad educativa, el trato a alumnos y familias y las actividades académicas o extraacadémicas de cada año.
Además, el Colegio contempla un plan pastoral encaminado a la promoción de la vida de fe. Esta segunda forma ha ido cambiando con el tiempo, en cuanto que también ha cambiado la sociedad, la forma de comprensión de la persona, sus libertades y derechos, y el modo de transmisión de ideas y creencias, tan diferentes a lo largo de estos 50 años de historia.
• La pastoral sacramental de los primeros años
El colegio nace en un contexto social muy concreto. La España de los años 60 vivía una uniformidad de pensamiento, la Iglesia tenía amplio poder de convocatoria y de opinión, los mismos religiosos eran estimados con alta consideración. Fueron años de pastoral más sacramentalista y celebrativa, con una cultura religiosa general amplia y en los que las familias eran las primeras transmisoras de la fe y de las prácticas religiosas. La familias que salían de ese patrón eran las excepciones.
Durante esos años, el Colegio tuvo mayor libertad para organizar las catequesis y celebrar los sacramentos (eucaristía y confirmación) como parte de sus atribuciones habituales y casi naturales. Las primeras comuniones y confirmaciones fueron a veces multitudinarias, como las 445 confirmaciones de 1972, o las 170 primeras comuniones anuales de media entre 1971 y 1987.
En 1980 la comunidad se plantea si las primeras comuniones no es algo propio de las parroquias; aunque se decide dejar de ofertarlas, la Asociación de Padres pide revisar la decisión y se continúan hasta 1987. Casi 3.000 alumnos la recibieron en el San Agustín. Muchos padres participaron voluntariamente en nueve catequesis, una por mes, durante el curso en que sus hijos hacían la comunión.
En 1986, tras celebrar 40 confirmaciones en el colegio, el obispo indica a los religiosos que “se olviden de la confirmación en el Colegio y aun de una catequesis paralela a la de las parroquias”. El Directorio diocesano de los sacramentos de la iniciación da sólo a las parroquias la posibilidad de preparar estas celebraciones.
En los últimos años se ha recuperado esta tradición. En 2012 hay dos grupos de primera comunión, con algo más de 80 catequizandos, y otros dos de confirmación, con casi 40. Las comuniones se celebrarán en la parroquia a la que pertenece el Colegio, San Francisco de Asís, y las confirmaciones en el propio Colegio.
• En una nueva sociedad
En 1975 se organizan los ejercicios espirituales para alumnos con convivencias voluntarias de fines de semana. Y en 1976 se encarga a un religioso únicamente de tareas pastorales, que trabaja en equipo con el promotor vocacional, que aún tenía como principal objetivo las escuelas rurales. Aún así, esta reorganización no tendrá los efectos deseados. Se constata que en la segunda etapa de EGB los niños responden a la oferta, pero los alumnos de BUP la dejan prácticamente de lado.
Durante la década de los 80 y los 90 se celebraron convivencias de tres días en distintas casas de oración externas, a las que se añadieron durante tres cursos una convivencia para los antiguos alumnos de la última promoción. En los veranos había campamentos en Navarra con ciertos matices de espiritualidad.
En 1984 se aprovecha la experiencia personal de tres religiosos estudiantes de Teología que habían estudiado en el San Agustín para que ofrezcan su testimonio de vida por las clases. En ese momento, en el teologado había hasta siete religiosos en etapa de formación exalumnos del San Agustín, ya como seminaristas, ya como externos. Se intenta la experiencia de “joven transmite su testimonio a joven”.
Otra experiencia sembró, junto con la anterior, una nueva manera de intentar involucrar a los alumnos con el evangelio de Jesús. La sociedad había cambiado, y ya no existía ni uniformidad social ni una visión tan positiva y cercana hacia la Iglesia. Dos religiosos, en 1985, acompañaron una marcha de alumnos de 2º y 3º de BUP desde Valladolid a Santo Domingo de Silos, una ruta de 142 kilómetros.
En 1989 maduran las propuestas tras una profunda reflexión y se intensifica el trabajo con los “grupos cristianos”. La Provincia de San Nicolás crea un organismo, el Equipo de Pastoral Juvenil y Vocacional, para dar respuesta a los interrogantes, dudas y dificultades no solucionados por la pastoral tradicional y sacramental.
Dos religiosos son destinados a la pastoral juvenil y forman un equipo junto con dos promotores vocacionales. Se programan catequesis por edades y no orientadas a los sacramentos. Se crea la Escuela de Padres, campañas solidarias, la semana vocacional y liturgias especiales para pequeños grupos de alumnos, esfuerzos para un sistema de evangelización personalizado “tú a tú”, basado en el testimonio, la amistad y la convivencia en pequeños grupos, en el que los más mayores del grupo se convierten en evangelizadores (catequistas) de los más pequeños.
Faltan catequistas y animadores en los inicios, las distancias y el sistema de transporte dificultan organizar actividades fuera de los horarios académicos, incluso dentro de la comunidad religiosa había ciertas reticencias. La pérdida de los valores cristianos, la carencia de una cultura religiosa previa, y la Iglesia con menos credibilidad en la sociedad hacían mucho más difícil el acercamiento al joven.
En 1992 veinte alumnos de COU colaboran como motivadores de los pequeños. Y en 1993 se organiza una escuela de catequistas. El colegio contaba con 31 grupos cristianos. Los encargados apuestan por una pastoral genérica para estimular y despertar la vivencia religiosa. En segundo lugar, una pastoral específica, a la que van dirigidos los principales esfuerzos y que busca la formación, crecimiento y consolidación de los grupos.
“Somos conscientes de que el quehacer pastoral no se sostiene sin unas bases más elementales, el trabajo cotidiano de profesores y principalmente de tutores. El esfuerzo por atender a los grupos cristianos es ímprobo; se necesitan religiosos en edad y con valía, además de creer en ese trabajo, pues hay quien se lo cuestiona”, indica un informe de 1994. Por fin, en 1995, esta rica experiencia se convierte definitivamente en algo más tangible y concreto, la Asociación Juvenil Némesis.
• Los grupos Némesis
En 1998 la Provincia de San Nicolás de Tolentino aprueba el Proyecto de Pastoral y la adopción de una línea común de trabajo en equipo. Se pide que todas las comunidades hagan su Proyecto local y el Colegio aprueba el suyo, nombrando cuatro equipos para formación, catequesis, voluntariado-solidaridad y vocaciones.
Uno de los problemas será la poca o nula repercusión en los padres. Los religiosos, en general, ya no cuentan con la familia como punto de apoyo. Sólo una quincena de parejas asistirán a la escuela de padres. Además, se percibirá la necesidad de formación religiosa en los profesores, aunque aún no se le dé solución.
En 1999 se organiza el primer encuentro agustiniano para jóvenes en España, el 12, 13 y 14 de marzo, con alumnos de 4ºESO, BUP y COU, catequistas y alumnos de catequesis de parroquias. La idea de un trabajo conjunto y en equipo adoptada por el Proyecto Pastoral va fraguando en actividades concretas.
El año 2000 se reinaugura la capilla con un proyecto innovador y acogedor. Los alumnos pasan por la nueva capilla con asiduidad al tener un espacio para la oración tranquila y sosegada, y otro para las celebraciones, con decoración sugestiva y que ayuda a sentirse en cercanía con Dios y con los compañeros. Desde el 2001 la eucaristía dominical se celebra aquí con la presencia de la comunidad religiosa y asistencia más que satisfactoria de alumnos y familias.
Los grupos Némesis estuvieron a punto de suspender el campamento de verano en el 2001 por la participación de sólo una docena de alumnos. “Hay escasa respuesta a las actividades lúdicas veraniegas. ¿Cambian los tiempos? ¿Demasiada oferta en la sociedad? ¿Poco atractivo nuestro proyecto?”, se preguntan los religiosos.
En el 2002 los Grupos Némesis celebran su décimo aniversario con unos réditos de una decena de religiosos implicados, 172 catequistas, y jóvenes desde 6º de primaria (11 años) hasta universitarios en la veintena. La única condición para formar parte de ellos es “querer buscar”. El grupo de catequistas se nutre de quienes han seguido el proceso durante siete años y comparten esa experiencia.
Lo más importante son las catequesis semanales. El catequista propone una dinámica o juego para profundizar en un tema. Mediante una preparación previa, se selecciona la dinámica más adecuada. Las catequesis son vivas, insertadas en la realidad (canciones, películas, modas…), con temas de actualidad.
Como momento fuerte del trimestre hay una convivencia de fin de semana, una oportunidad para que todos se conozcan mejor y cuaje un ambiente de confianza. Hay tiempo para jugar y orar, para hablar y escuchar, para compartir… Los espacios del antiguo seminario ofrecen la infraestructura necesaria para ello.
Los Grupos Némesis abrieron su espacio en la web del colegio y se mostraron abiertos a todos los alumnos. Los cambios generacionales de catequistas o de religioso asesor, las dificultades de horario, la multiplicidad de la oferta extraescolar supusieron retos y crisis, pero también maduración y fortaleza.
Una encuesta del año 2004 reveló que sólo el 27% del alumnado había recibido la confirmación o estaba en proceso. Ese mismo año había 90 alumnos en los Grupos Némesis, frente a 1.264 que podrían participar. El 4% del total de alumnos y el 7% de los que tenían edad suficiente estaban en la dinámica de Grupos Némesis.
Entre 2006 y 2007 el Departamento de pastoral se unifica e incorpora religiosos, profesores de todos los niveles, padres, antiguos alumnos… Los grupos Némesis siguen con gran nivel de compromiso, aunque en número bajo (80, con veinte catequistas), situación que se mantiene en la primera década del siglo XXI.
El voluntariado y la solidaridad darán un nuevo ámbito de trabajo y de posibilidades de encuentro y testimonio, en el que es posible evangelizar a largo plazo mediante compartir valores: respeto, justicia social, compromiso con el Sur, campañas de concienciación, sensibilización y recogida de ayudas para proyectos.
En los últimos años se han preparado campañas anuales, enmarcadas dentro de un lema que dirige a toda la comunidad educativa hacia el valor concreto escogido. Estos lemas han definido los programas y actividades, los materiales, carteles, folletos y temas para la clase de religión y los grupos juveniles:
- 1996-1997 Solidaridad y ecologismo.
- 2000-2001 Interioridad.
- 2001-2002 Aprender con alegría y enseñar con ilusión.
- 2002-2003 Respétalo, acéptalo, ámalo.
- 2003-2004 La familia, don y compromiso, esperanza de la humanidad.
- 2004-2005 Comprometidos con la misión.
- 2005-2006 Diversidad de proyectos, unidad de corazones.
- 2006-2007 A corazón abierto.
- 2007-2008 Siente la llamada.
- 2008-2009 Jesús, nuestro equipo, nuestra pasión.
- 2009-2010 Respira otro aire.
- 2010-2011 Comparte lo que eres, construye armonía.
- 2011-2012 Fe, ¿aceptas el reto?
- 2012-2013 Somos una familia, ¿te unes?
2. Colaboración con la Diócesis de Valladolid
La comunidad recoleta del Colegio San Agustín ha sumado en sus diferentes épocas entre 10 y 30 sacerdotes de diversas edades a la Iglesia local vallisoletana. Los servicios a la diócesis han sido variados y constantes, aunque las encomiendas diocesanas han llegado en los últimos 15 años. Entre los anhelos de los religiosos siempre estuvo establecer una parroquia para la zona aledaña al Colegio.
Desde 1967 se prestaban servicios pastorales a parroquias cercanas o cuarteles militares. Diez años después, grupos juveniles y de Cursillos de Cristiandad de parroquias de la ciudad contaban con la ayuda de recoletos del Colegio. Y en la segunda parte de la década de los 90 también se colaboró con algunas comunidades neocatecumenales.
La provincia de Valladolid ha contado con presencia recoleta muy variada durante meses para las celebraciones dominicales, de forma más particular en Semana Santa o con servicios más ocasionales. La comunidad ha servido pastoralmente en Velliza, San Cebrián de Mazote, Adalia, Barruelo del Valle, Boecillo, Herrera…
La colaboración ha ido más allá de los límites provinciales. Durante muchos veranos un religioso de la comunidad de Valladolid ha asistido a la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen en Chiclana de la Frontera (Cádiz) en agosto, organizando el día misionero. El estudio de idiomas también proporcionó servicios pastorales a parroquias como la de Asniéres, en el departamento francés de Hauts de Seine.
La primera encomienda directa de la diócesis fue entre 2003 y 2006, mediante un contrato para la atención de la vicaría parroquial y la pastoral social en Laguna de Duero, población cercana al colegio de algo más de 22.000 habitantes.
Desde el año 2005 se asume también mediante contrato la parroquia de Alcazarén, pueblo de 740 habitantes situado a 30 kilómetros del Colegio en dirección sur, con una población envejecida (ningún bautismo y 24 funerales en 2007). La iglesia parroquial de Santiago Apóstol, de estilo románico mudéjar, estaba cerrada al culto por su deterioro, lo que ha sido una de las preocupaciones de los recoletos.
El año 2011, el párroco de Alcazarén recibe la encomienda de atender también la población de Hornillos de Eresma, a 40 km de Valladolid, con 120 habitantes.
Sin embargo, los problemas de personal, la edad de los religiosos y la dedicación preferente al Colegio no permitió que se asumiese en 2004 la parroquia de Tudela de Duero, ofrecida a la comunidad en una visita del obispo al Colegio.
Cinco antiguos alumnos del colegio son hoy sacerdotes en las diócesis de Valladolid, Santiago de Compostela y Alcalá de Henares; y una antigua alumna, Rebeca Asensio, es carmelita descalza en Toledo.
3. Comunidades religiosas
Desde los inicios la comunidad se integró y participó en actividades y servicios a la vida religiosa en la ciudad y la región. Para la educación concertada católica ha sido un centro de colaboración con otras entidades y religiosos del Colegio han tenido cargos de responsabilidad en las coordinadoras de ámbito regional y local.
Además ha habido atención pastoral y relación fraterna con otras comunidades religiosas. Los seminaristas conocieron los campos de fútbol y participaron en encuentros con los de otras congregaciones, más cuando algunas casas de formación estaban muy cerca del seminario menor de los recoletos.
Los religiosos sacerdotes del San Agustín han ofrecido su servicio pastoral a esas otras comunidades. En 1967 eran confesores en el noviciado de la Salle y capellanes de los campamentos de los Hermanos de la Sagrada Familia. Otras capellanías han sido las monjas del Colegio de la Asunción, el Centro Clínico de los Hermanos de San Juan de Dios, las Siervas del Corazón de Jesús, los Hermanos Maristas, han ejercido de confesores en la SAFA…
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