Historia de los 48 años, un mes y 27 días de presencia de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de la Orden de Agustinos Recoletos en Taiwán.
El 27 de enero de 1989, el prior provincial, Marciano Santervás, visita con el obispo José Cheng las misiones de Shantimen y Wutae, y se reúnen para ver las condiciones de aceptación. Fijan la fecha de recepción por parte de la Provincia de esas misiones: el 1 de enero de 1991.
Durante la visita se decide construir una nueva casa en San Nicolás para que los religiosos tengan un centro de vida común. Las obras comienzan el 10 de noviembre de ese año. También se refuerza la comunidad con la llegada de dos religiosos filipinos, Sotero Macabudbud y Arsenio Escabusa.
La atención pastoral a las cuatro parroquias, a partir de ese momento, se expande a tres centros misionales de la reserva indígena de las montañas: Shantimen, Machia y Wutae. Los dominicos, sin personal, han pedido el relevo. La Provincia de San Nicolás ve en esos ministerios un relanzamiento y reestructuración de su presencia.
Las tribus indígenas de la montaña tienen una tradición cristiana mucho más extendida en el tiempo. De hecho, unos 300 católicos de la montaña recibían asistencia en Santa Cruz desde el año 1973, convirtiéndose en un grupo casi mayoritario dentro de la Parroquia. Eran pescadores de altura y por eso vivían en la zona portuaria, en medio de la población de ascendencia china.
a) Una historia plagada de conquistas y pérdida de identidad
Para cuando los primeros chinos llegaron a Formosa en el siglo XVII, la isla llevaba habitada al menos 8.000 años por tribus ligadas lingüística y genéticamente a las poblaciones de Filipinas, Malasia, Indonesia, Madagascar o Polinesia. Algunos descubrimientos arqueológicos han demostrado que las lenguas de esas naciones tuvieron sus raíces en las lenguas formosanas; y que hubo un intenso tráfico marítimo comercial entre ellos durante todo el Neolítico, hace 6.000 años.
La historia moderna y contemporánea los ha ido replegando, mezclando o incluso masacrando en contacto con diversos conquistadores: holandeses, españoles, chinos, norteamericanos, japoneses, taiwaneses (entendido este término como la llegada masiva de refugiados chinos en 1949)… De las 26 lenguas indígenas, diez han desaparecido, cinco están en proceso de extinción y el resto sobrevive con muchas dificultades.
Son un 2% de la población total y están diseminados por toda la isla, pero en las montañas centrales tienen reservas y zonas protegidas. Pese a las políticas sociales a su favor desde los primeros años 80, sufren discriminación social y económica, con tasas de desempleo superiores a la media y una educación de nivel mucho menor.
Durante la administración japonesa, en la escuela media sólo se graduaron 19 aborígenes; en 1986 fueron más de 44.000. En la Universidad o en escuelas técnicas se graduaron unos 3.800 y un buen número ha conseguido licenciaturas y doctorados en países extranjeros. Aún así, su programa educativo está por debajo de la media.
Por otro lado, como fuerza laboral se han integrado sobre todo en la construcción y en líneas de producción en serie, generalmente en la escala salarial más baja. El resultado ha sido la emigración a las ciudades e incluso su introducción en bandas mafiosas asociadas a la construcción. La llegada de mano de obra de Indonesia, Vietnam y Filipinas ha producido cierta xenofobia entre los indígenas, que han notado los religiosos filipinos que han trabajado en el campo misionero entre los aborígenes.
Año |
Población Taiwán |
Población aborigen |
Desempleados aborígenes |
Tasa de paro aborígenes |
Tasa de paro |
2005 |
22.894.380 |
464.961 |
9.263 |
4,27% |
4,13% |
2006 |
23.036.090 |
474.919 |
9.740 |
4,36% |
3,91% |
2007 |
22.858.870 |
484.174 |
10.302 |
4,62% |
3,91% |
2008 |
22.920.950 |
494.107 |
17.699 |
7,92% |
4,14% |
2009 |
22.974.350 |
504.531 |
16.053 |
7,31% |
5,21% |
Hoy existe un “revivir de la cultura indígena” mostrado en la incorporación de su música al circuito comercial con bastante éxito. Además, las reservas indígenas de la cadena montañosa interior se han envuelto en actividades de ecoturismo.
Aunque tradicionalmente se les ha dividido en “tribus”, el término no se corresponde bien con la realidad. En realidad los aborígenes vivían en pequeñas villas entre las que había comercio, matrimonios mixtos y alianzas en caso de guerra, pero nunca estuvieron unidas bajo una política común, reino o tribu.
Las leyes de reconocimiento formal que hizo el gobierno de Taiwán les otorgaba beneficios y derechos, pero para obtener su estatus legal debían reunir un número de firmas y pruebas convincentes de tipo genealógico, histórico, lingüístico y cultural. Muchos de los grupos que han intentado este reconocimiento aún no lo han conseguido.
Hay catorce etnias con reconocimiento legal; la administración japonesa en 1945 lo otorgó a nueve: Amis, Atayal, Buntun, Paiwan, Puyuma, Rukai, Saisiyat, Tao y Tosu. El resto lo han recibido muy posteriormente: Thao (2001), Kavalan (2002), Truku (2004), Sakizaya (2007) y Seediq (2008). Otras doce etnias no han conseguido este reconocimiento legal, aunque sí el popular: Babuza, Basay, Hoanya, Ketagalan, Luilang, Makatao, Pazeh/Kaxabu, Popora, Qauqaut, Siraya, Taokas, Trobiawan.
Si los indígenas de la costa fueron asimilados desde los comienzos de las conquistas exteriores, solamente en el siglo XX llegaron a la montaña las políticas colonizadoras y los misioneros. Los japoneses y el Kuomintang iniciaron actividades de “civilización”. En algunos casos los aborígenes adoptaron formas de vestir y prácticas culturales chinas, o entraron en relaciones económicas constantes y profundas; en otros casos hubo una auténtica imposición por la fuerza.
La democracia introdujo grandes cambios en la vida de los aborígenes. Se constituyó una Alianza de Aborígenes de Taiwán (con el apoyo y ayuda de iglesias presbiterianas) y desde 1996 existe un ministerio propio para los indígenas; en 1998 se incluyeron menciones frecuentes y positivas de los aborígenes en el currículo escolar; se permitió la romanización de nombres propios aborígenes en los documentos y se eliminó la obligatoriedad de acoger un nombre “han” o chino; también tienen reservados seis asientos en la asamblea legislativa (de un total de 113).
Más del 70% de los aborígenes se consideran cristianos. Las organizaciones de defensa de sus derechos han nacido de iglesias como la Presbiteriana o la Católica. La llegada de los misioneros europeos a partir de 1860 les permitió conservar parte de su cultura, idioma e identidad frente a la cultura “han” dominante (china). De ahí su adscripción a iglesias cristianas como modo de defensa frente a la imposición cultural del confucionismo, budismo y taoísmo chino.
b) Los Agustinos Recoletos en las regiones indígenas de Shantimen, Machia y Wutae
La Provincia de San Nicolás de Tolentino se hizo cargo pastoral de las misiones de Shantimen, Wutae y Machia el 1 de enero de 1991, dos años después de la firma del contrato con la Diócesis, tiempo en el que ambas instituciones se prepararían para el nuevo reto: los recoletos se comprometieron a enviar un número suficiente de sacerdotes; la Diócesis quedaba encargada de la residencia y gastos de aprendizaje del chino e inculturación de los religiosos y el pago de los catequistas.
La última de las cláusulas del contrato reflejaba aún el motivo por el que los Recoletos habían abierto su misión de Taiwán: “si se abrieran las fronteras de la República Popular China, se estudiará la posibilidad de rescindir el contrato”.
Los aborígenes de la zona pertenecen al grupo Paiwan. Son de raza malaya, con rasgos físicos parecidos a los filipinos, y dialecto afín al tagalog. Esto parecía una ventaja a los Recoletos, con bastante personal filipino; sin embargo, las tensiones xenófobas en los aborígenes por la inmigración masiva de trabajadores pasó factura.
En el pasado, los Paiwan mantenían una estructura social muy jerarquizada, con diferencias muy marcadas entre nobles y ciudadanos comunes. Los matrimonios entre clases estaban prohibidos, y practicaban el corte de cabezas y la antropofagia.
El municipio de Wutae pertenece al territorio de Pingtung. El 79% de su superficie es selva, con poca tierra cultivable. Está en la cordillera central, con alturas de hasta 1.000 metros sobre el nivel del mar a tan sólo 15 kilómetros de la costa. La temperatura media es de 17,8º C. La niebla es muy frecuente y da nombre a la zona: Wu significa niebla; y Tae, lugar alto. La belleza del paisaje atrae a muchos viajeros y turistas. Una carretera de 21 kilómetros une la zona con la costa.
Machia contaba con 5.000 habitantes cuando llegaron los Agustinos Recoletos, en su gran mayoría aborígenes, distribuidos en seis pueblos, cada uno con su capilla. Los dominicos lo habían comenzado a evangelizar en 1953. La gente es sencilla, amante del canto y del baile, características que llevan hasta las celebraciones litúrgicas.
Shantimen cuenta con la Parroquia de la Santa Cruz. Es el pueblo más próspero y mejor comunicado de la región encargada a los Recoletos. La presencia católica es fuerte, con un hospital y una “Ciudad de los Niños” al cuidado de las Misioneras de Santo Domingo.
El 31 de diciembre de 1990 se hizo entrega de los tres distritos misionales, con asistencia de todos los agustinos recoletos de Taiwán, dominicos españoles de la Provincia del Rosario, catequistas de los tres distritos y miembros de los consejos de los fieles de todos los veinte poblados con capilla.
La ceremonia resultó bastante emotiva, sobre todo para los dominicos de mayor edad. Los tres recoletos que recibían las misiones, Manuel Piérola, Sotero Macabudbud y Arsenio Escabusa, prometieron dedicarse a los cristianos de la montaña con el mismo espíritu de aquellos fundadores.
Sin embargo, al asumir la misión los Recoletos se encuentran con dos problemas: la residencia de la comunidad y la modificación que hace la Diócesis de la estructura de la Misión sin informar a los nuevos gestores.
La construcción de la casa era muy lenta y se decidió cambiar al constructor, pero todo estaba gestionado por la Diócesis, conforme al contrato, y los Recoletos nada podían hacer. Durante los primeros meses la comunidad cristiana se mostró en desbandada porque los misioneros habían dejado de vivir entre ellos y se sentían presionados porque la Diócesis les pedía una cooperación y vigilancia sobre las obras que no podían llevar a cabo. Finalmente, el 1 de septiembre de 1991 se derriba la antigua casa pero sin que haya llegado el permiso de construcción de la nueva.
Las dificultades que encontró la Diócesis para cumplir a tiempo con su parte del contrato son comprensibles. La misión está en reserva indígena: los aborígenes pueden comprar y vender terrenos entre ellos, construir o cultivar; pero su posesión está vetada por ley a los no aborígenes y a las organizaciones religiosas.
Aun compradas a los montañeses que las poseen, son parte del patrimonio nacional, y hay que pagar un alquiler anual. La diócesis llevaba varios años sin pagarlo. Además es muy difícil conseguir la licencia para construir una vivienda. Sólo el 19 de mayo de 1993 se podrá inaugurar la residencia de los religiosos.
El otro asunto espinoso es que la Diócesis dividió dos misiones en tres y los misioneros responsables del trabajo directo se enteraron cuando ya todo estaba hecho, prácticamente en la ceremonia de entrega. Además, hubo dificultades en los pagos a catequistas y laicos colaboradores.
A priori, la situación pastoral estaba bastante mejor que en las parroquias de la región urbana de Kaohsiung. Así, en noviembre de 1991 se reunieron de ocho a diez mil católicos para celebrar la primera ordenación sacerdotal de uno de sus paisanos. Había 4.500 bautizados entre las seis aldeas de Machia, las diez de Shantimen y las seis de Wutae. Números impensables en Taliao, Linyuan o Chingtao.
Pero también había nuevas e inesperadas dificultades. En uno de sus primeros informes, los religiosos indican: “Son hombres de mentalidad muy diferente de los chinos; idiomas (Rukae y Paewan) de otro sistema lingüístico, viven en una situación de clásico colonialismo y están abocados a desaparecer en una casi total asimilación con los chinos del llano.
Recientemente el gobierno les presta mayor atención, permite el reparto de tierras y legaliza su posesión con derecho a uso, venta y herencia; oficialmente se permite y se prima la enseñanza obligatoria del idioma nativo en las escuelas.
Esto llega un poco tarde: los jóvenes no vienen más que a las fiestas; normalmente trabajan en el llano y acaban instalándose definitivamente allí. Hay una cierta esperanza de que se abra la zona de montaña al turismo interior e incluso al comercio libre. Por ahora eso queda lejos, se teme que los montañeses no sabrían competir en casi ningún campo con los chinos, que subirían del llano y acabarían desplazándolos hasta de sus últimos reductos”.
c) Edad de oro de la misión
El 18 de noviembre de 1990 se inaugura la nueva casa central de Taliao. Además del vicario de Filipinas y el administrador apostólico estuvieron 17 sacerdotes y fieles de casi todas las misiones llevadas por los Recoletos, alrededor de 700 personas.
Comienza una etapa de apertura a nuevas realidades. En 1994 llegará a haber en Taiwán diez recoletos procedentes de China, España y Filipinas, constituyéndose la comunidad religiosa más numerosa después de los dominicos españoles. Posiblemente la década de los 90 sea la edad de oro de la misión de Taiwán.
Ejercen en ese momento un importante papel de mediación entre las comunidades de la República Popular China y el resto de la Orden. Por ejemplo, el envío de una felicitación navideña firmada por primera vez por todos los recoletos chinos que habían sobrevivido a los tiempos de persecución y aislamiento llena de emoción a las comunidades de los Agustinos Recoletos de todo el mundo y, muy especialmente, a las decenas de monasterios de Agustinas Recoletas de clausura que durante años habían rezado por sus hermanos presos o desaparecidos.
Además, sus visitas continúan. Llevan libros, documentación oficial, mensajes, dinero y compañía a la misión de Shangqiu. Uno de ellos traslada el decreto firmado en Roma de nombramiento de Nicolás Shi y José Wang como obispos de Shangqiu y Hezé. También se atreven con la pastoral directa: en uno de los viajes, uno de ellos llegó a bautizar a 93 personas en su pueblo natal y el vecino.
En agosto de 1993, por primera vez, uno de los recoletos de Taiwán pernocta en la misión de Shangqiu durante su visita, sin tener que hospedarse en un hotel bajo vigilancia de las autoridades. En 1994 se traducen las Constituciones de la Orden de Agustinos Recoletos y de las Misioneras Agustinas Recoletas y se envían a la Misión.
En diciembre de 1995 son las Misioneras Agustinas Recoletas (MAR) las que abren una casa en Taliao y comienzan a visitar a sus hermanas dentro de la República Popular. A partir de mayo de 1996 la superiora general de las MAR convivirá durante cuatro meses con las comunidades de su congregación en la República Popular.
Paralelamente, los movimientos pastorales cobran fuerza en eventos como la olimpiada diocesana, las peregrinaciones a los santuarios marianos, el catecismo, los retiros cuaresmales y conferencias sobre la fe, las clases de español e inglés, la atención a indígenas e inmigrantes y la incorporación de religiosos jóvenes de Filipinas.
El 18 de enero de 1998 recibe sepultura en Taiwán el primer agustino recoleto que fallece en la isla, Cipriano Zubiri. Por primera vez se piensa en dejar ministerios para reforzar la vida común, en concreto la parroquia de San José. Sin embargo, la situación de la Diócesis, con una insuficiencia absoluta de clero, no lo permite.
El prior general visita ese mismo año la isla y propone un asunto que modificará la presencia de los Agustinos Recoletos en Taiwán: la división de la Provincia de San Nicolás en dos, una vez, que la Vicaría de Filipinas está preparada para iniciar sus propios pasos como Provincia.
Es un tema sensible: sólo una hora y media de avión separa Kaohsiung de Manila; en Formosa trabajan recoletos españoles, filipinos y chinos que también quedarían divididos en provincias. La Misión de la República Popular quedaría en la provincia madre, y las casas de Taiwán nacieron con el objetivo de preparar personal para dar el salto al continente en cuanto fuese posible.
En su informe de visita, el prior general ofrece esta situación de Taiwán justo antes del nacimiento de la nueva Provincia de San Ezequiel Moreno dentro de la Orden de Agustinos Recoletos, con sede en Manila, y surgida de la antigua Vicaría de Filipinas de la Provincia de San Nicolás de Tolentino (datos de 1998). En verde, las casas situadas en la región urbana de Kaohsiung; en amarillo, las situadas en la sierra:
Ministerio |
Católicos | Alumnos Kínder |
Colaboradores |
Otras actividades |
Linyuan, San Agustín |
300 |
190 |
9 profesores, |
Capellanía de inmigrantes filipinos Clases de español en WenTzao |
Taliao, San Nicolás |
795 |
120 |
7 profesores |
Capellanías para filipinos (Taliao y Fanhwa) Atención a monjas dominicas Defensoría del Vínculo (Diócesis) Cursillos de Cristiandad |
Taliao, Santa Cruz |
124 |
110 |
10 profesores |
Clases de español en SunYatSen Traducción español-chino |
Chingtao, San José |
400 |
– |
– |
Capellanía de inmigrantes filipinos |
Shantimen |
800 |
– |
10 capillas | |
WuTai |
2.000 |
– |
2 catequistas |
8 capillas |
Machia |
1.700 |
– |
1 catequista, 5 ministros |
6 capillas |
El prior general, tras su visita, realiza una serie de peticiones: que los religiosos vivan únicamente en dos centros (Taliao y Shantimen), que continúen con su ayuda regular y periódica al continente, pero se viaje con más prudencia a la Misión; y que los jóvenes religiosos filipinos no se centren sólo en la atención a los inmigrantes, dejando de lado el aprendizaje del mandarín y el apostolado con los chinos.
Todos los religiosos de origen chino manifestaron su preferencia por continuar en la Provincia de San Nicolás a la hora de constituirse la nueva Provincia.
d) La atención a los inmigrantes
La llegada de algunos religiosos jóvenes filipinos a inicios de los 90 permite comenzar la atención especial a grupos de inmigrantes católicos de las zonas industriales de Kaohsiung y Pingtung. Casi todas las misiones, especialmente Linyuan, Taliao y Shantimen, comienzan a ser visitadas por inmigrantes filipinos, que encuentran sacerdotes que los atienden en su propia lengua.
Con el crecimiento económico del “milagro taiwanés” crecen las necesidades de mano de obra y aumenta el número de extranjeros en los sectores de la construcción, empleadas del hogar, obreros en líneas de montaje. En el año 2011, según datos de la Agencia Nacional de Inmigración del Ministerio del Interior de la República de China, conviven en Taiwán un gran número de nacionalidades:
Nacionalidad/Origen |
Inmigrantes en Taiwán |
% |
Indonesia |
148.737 |
34,6% |
Vietnam |
86.317 |
20,1% |
Filipinas |
74.483 |
17,3% |
Tailandia |
68.618 |
15,9% |
Japón |
11.087 |
2,5% |
Estados Unidos |
10.383 |
2,4% |
Malasia |
9.735 |
2,2% |
Corea del Sur |
3.428 |
0,8% |
Canadá |
2.410 |
0,6% |
India |
1.538 |
0,4% |
Reino Unido |
1.388 |
0,3% |
Singapur |
1.091 |
0,3% |
Otros |
11.157 |
2,6% |
Total |
430.372 |
100,0% |
La atención a los inmigrantes se ha constituido en uno de los aspectos pastorales más importantes de los Agustinos Recoletos en Taiwán. Filipinas es el único país de mayoría católica en Asia, y su cercanía con Taiwán ha hecho que sean muchos los trabajadores que se desplazan buscando mejores condiciones de vida.
Su situación social nunca ha sido fácil. Los trabajos que realizan no están bien remunerados y con frecuencia son objeto de abusos diversos. Su llegada masiva redirigida hacia puestos laborales que habitualmente ocupaban los indígenas ha llevado a cierta tensión entre ellos. Los agustinos recoletos filipinos que han trabajado en las misiones de la montaña han sentido esta tensión en su trabajo e incluso en sus relaciones humanas.
El apoyo de los Agustinos Recoletos a los inmigrantes no se ha centrado exclusivamente en un servicio pastoral; también se les ha atendido con consultoría y asesoría jurídica, asociacionismo y todo aquello que les hiciera sentirse acogidos en una sociedad tan diferente a la propia.
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ÍNDICE DE PÁGINAS DEL REPORTAJE
- Presentación
- 1. Cambios vividos en carne propia
- 2. Un “país” que no lo es… ni para ellos mismos
- 3. Historia de incertidumbres
- 4. Evangelización de Taiwán
- 5. La llegada de los Agustinos Recoletos a Taiwán
- 6. 1964-1991: consolidación en la región urbana de Kaohsiung
- 7. 1991-2000: chinos, aborígenes e inmigrantes
- 8. 2000-2011: dos provincias recoletas en Taiwán
- 9. 2011: nuevos tiempos para nuevos objetivos