Historia de los 48 años, un mes y 27 días de presencia de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de la Orden de Agustinos Recoletos en Taiwán.
Hasta los primeros 70, la comunidad internacional reconocía en el gobierno de Taiwán el gobierno legítimo de China. Contaba con una silla en la asamblea de Naciones Unidas y embajadas de todo el mundo en Taipei. En 1973, el presidente norteamericano Nixon da el primer mazazo a Taiwán: reconoce a la República Popular, abre la embajada en Beijing y cierra la de Taipei.
Sólo una veintena de países reconocen hoy a Taiwán y casi todos no por motivos políticos, sino económicos. La República Popular y la República de China se disputan a golpe de talonario la situación física de sus embajadas. Los últimos que pasaron de Taipei a Beijing fueron Costa Rica (2007) y Malawi (2008). Tan solo la Santa Sede, cuatro estados africanos, doce centroamericanos y seis de Oceanía siguen allí.
En los mapas de las escuelas taiwanesas, la isla de Formosa era una provincia de China, país que comprendía todo el territorio de la República Popular, de Mongolia y regiones situadas en otros países, y la capital estaba en Nankín. Esta situación se mantuvo hasta 1991, cuando la República de China renuncia “formalmente” a su aspiración tradicional de recuperar el control de “todo el país”.
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ÍNDICE DE PÁGINAS DEL REPORTAJE
- Presentación
- 1. Cambios vividos en carne propia
- 2. Un “país” que no lo es… ni para ellos mismos
- 3. Historia de incertidumbres
- 4. Evangelización de Taiwán
- 5. La llegada de los Agustinos Recoletos a Taiwán
- 6. 1964-1991: consolidación en la región urbana de Kaohsiung
- 7. 1991-2000: chinos, aborígenes e inmigrantes
- 8. 2000-2011: dos provincias recoletas en Taiwán
- 9. 2011: nuevos tiempos para nuevos objetivos