La Iglesia celebra cada 28 de agosto la festividad de san Agustín, una de las fechas más significativas para la familia agustiniana y agustino-recoleta. En homenaje a nuestro santo fundador y patrón, hacemos hoy un viaje por su ciudad natal, Tagaste, hoy llamada Souk Ahras (Argelia).

La actual Souk Ahras, cuyo nombre en arábigo es سوق أهراس‎, es la capital de la provincia del mismo nombre. Está construida sobre la ciudad númidia de Tagaste, donde nació san Agustín el año 354 y uno de los centros de la cultura bereber.

Su nombre actual cuenta con dos posibles explicaciones. Según la primera, viene del árabe “souk” (mercado) y de la palabra chaoui “ahra” (león), en referencia a los muchos felinos (leones y leopardos) que había en los bosques cercanos a la ciudad hasta su extinción definitiva en 1930.

La segunda teoría dice que el nombre procede de la expresión árabe Souk El-Ras, que significa “mercado de cabezas”, debido a que en el pasado la ciudad tenía un gran comercio de cabezas disecadas de animales salvajes como leones, osos, elefantes y guepardos. Algunas pinturas en las rocas y mosaicos antiguos dan fe de la gran actividad que suponía la caza en la región.

El nombre antiguo, Tagaste, procede de la expresión bereber “Thagoust”, que significa “bolsa”, debido a que la ciudad se encuentra al pie de una montaña rodeada por tres picos, dando la apariencia de que una gran bolsa contiene la ciudad. De ahí que, cuando la lengua arábiga se impuso en la región, también se denominase a la ciudad “Soukara”. Según Al-Masudi, la ciudad también recibió el nombre de Palacio del Africano en algunos momentos.

La ciudad númida de Tagaste, sobre cuyas ruinas se construyó la actual Souk Ahras, estaba situada en las tierras altas del noreste de Numidia. Muy pronto llegó a ser municipio romano. Estaba situada a unas sesenta millas de Hippo Regius, la actual Annaba, y 150 millas de Cartago, en la costa de la actual Tunicia.

La ciudad de Tagaste ya aparece mencionada en los escritos de Plinio el Viejo. Como municipio no fue establecido por inmigrantes procedentes de la península itálica, sino que estaba poblado completamente por bereberes romanizados.

Durante el siglo XIX los franceses la usaron como puesto colonial, y durante el siglo XX la minería y el ferrocarril han llevado prosperidad económica y cierta relevancia a este municipio.

La ciudad está situada en un valle rodeado por montañas con grandes bosques, como Beni Salah o Ouled Moumen. Por ella pasa el principal río del Magreb, el Medjerda. En él hay tres grandes presas que almacenan gran cantidad de agua tanto para consumo humano como para el regadío.

Paseo en coche por la ciudad de Souk Ahras

Su proximidad con el mar modera las temperaturas, por lo que la ciudad no tiene ningún aspecto desértico ni sufre las temperaturas extremas nocturnas y diurnas del vecino Sáhara. El clima es plenamente mediterráneo, con lluvias en los inviernos templados y tiempo mucho más seco en el caliente verano.

Anualmente recibe precipitaciones de en torno a 840 mm. Las temperaturas máximas rondan los 14 grados centígrados en enero y los 35 en julio y agosto; las mínimas van desde los 4 grados en enero y febrero y los 18 en agosto.

La ciudad de Souk Ahras es típicamente bereber. De hecho, los fundadores de Tagaste fueron los Papiria (de los que procede el nombre Babiria-Bereber). Estas tribus bereberes que fundaron la ciudad (los mousoulami, los kirina, los hnanchas y los hrakta) vivían en tiendas y eran nómadas hasta que fueron poco a poco estableciendo sus ciudades. Actualmente cuenta con casi 160.000 habitantes.

Tagaste, la ciudad de San Agustín

En tiempos de Agustín de Hipona (354-430) la ciudad era un municipio menor. Estaba situada en el principal camino imperial este-oeste que unía Cartago con Cirta Constantina, que seguía paralelo al curso del río Medjerda. Todavía existen muchas inscripciones en piedra en idioma libio y neopúnico. El valle del Medjerda permanece frondoso y fértil durante el año.

Uno de los atractivos turísticos de la ciudad es un viejo olivo situado detrás de una escuela en lo alto de una colina, en el centro de Souk Ahras. En este lugar, las estrechas calles del centro terminan en un extenso patio lleno de antiguas inscripciones y piedras labradas, con una escalera que lleva directamente al viejo olivo.

Según la tradición, en este olivo solía Agustín de niño sentarse para meditar. Los propios argelinos veneran hoy la figura de Agustín y tienen preparado material informativo sobre el santo en el Magreb, y cuidan del olivo y lo presentan a los turistas en un intento de memoria e interpretación.

Aún hoy el escudo de la ciudad lleva una leyenda en latín (Labuntur anni illa viret, pasarán los años y mantendrá el vigor) y los símbolos episcopales católicos, así como el llamado olivo de san Agustín. Algo que parece extraño en un país con autoridades islámicas y que en su historia ha vivido no pocos episodios de martirio cruento de cristianos.

Cultura bereber: música tradicional y celebración de una boda.