La construcción del nuevo edificio de CARDI hubo de adoptar estructuras especiales dadas las condiciones geotécnicas del terreno.

Recorrido sobre los 50 años de atención de los Agustinos Recoletos en los Hospitales de la Ciudad México, la acomodación de esa atención a los nuevos retos y visión del proyecto Centro de Acompañamiento y Recuperación de Desarrollo Integral (CARD) desde la perspectiva de los enfermos, sus familiares, los voluntarios, la red de apoyo, la sociedad mexicana y los religiosos recoletos que lo promueven y gestionan.

Un edificio e instalaciones apropiados

Durante años los costes de esa atención a los Hospitales recayeron en la parroquia. A mayor atención y número de servicios, también corresponde una necesidad mucho mayor de recursos. La economía parroquial, en una zona especialmente deprimida de la capital mexicana, no podía cargar en sus espaldas una actualización y mejora de los servicios como la que ha proporcionado el proyecto.

Sólo la construcción del edificio, en una región de actividad sísmica y de unas características tan especiales en el terreno volcánico y de antiguos lagos desecados cuyo terreno continúa hundiéndose (unos cinco centímetros al año en la zona centro), ha requerido más recursos técnicos y económicos de los habituales.

El Centro cuenta con despachos apropiados para terapias individuales y grupales, aulas dotadas de todo lo necesario para la Escuela de Pastoral de la Salud, salas de descanso, servicios con duchas, dispensario médico, centro de comunicación para llamadas telefónicas, consigna para que los familiares no tengan que cargar durante todo el día con sus pertenencias (los hospitales, además, no permiten la entrada a las instalaciones con maletas o bolsas) y un área de gestión del propio proyecto con oficinas de administración y supervisión de la actividad de los voluntarios.

El edificio de CARDI proporciona, en resumen, las siguientes facilidades:

  • Área de recepción.
  • Oficinas administrativas y de contabilidad.
  • Archivo, gabinete de comunicación y oficina de relaciones institucionales y públicas.
  • Sala de descanso para 30 personas.
  • Almacén y dispensario médico.
  • Servicios con duchas y vestuario.
  • Consigna para pertenencias.
  • Centro de telecomunicaciones y cabina telefónica.
  • Siete despachos de terapia individual.
  • Ocho aulas con capacidad para 80 personas cada una.
  • Consultorio médico.
  • Sala para la estadía de voluntarios foráneos.
  • Auditorio.
  • Oratorio.
  • Aparcamiento.

Plan de atención psicoterapéutica

Las acciones de CARDI se desarrollan desde un ámbito profesional. Cuando los beneficiarios viven momentos de dolor, de pérdida, de asumir realidades difíciles, no basta con la simple buena voluntad. Querer echar una mano es el primer paso, pero hacerlo con una calidad profesional y desde una atención esmerada es necesario.

El apoyo psicológico y espiritual que se brinda a enfermos y familiares de los enfermos se realiza con unos objetivos para los que se han puesto unos medios apropiados. Los voluntarios son formados en la atención psicoterapéutica a partir de tres plataformas de ayuda: la Psicoterapia Gestalt, la Logoterapia y la Tanatología.

La Terapia Gestalt ayuda a cerrar procesos de duelo. Se intenta apreciar lo obvio, lo que es, lo que sucede, para que no se convierta en único referente de la persona sino que se encuadre como uno más de los fondos y formas de los que se componen nuestra vida.

Es un tipo de terapia que no requiere de largos procesos de acompañamiento y el resultado final es que la persona pone los pies en la tierra y comprende su situación, la acepta, y le hace continuar adelante con la vida.

La Logoterapia se basa en la búsqueda del sentido desde una dimensión espiritual. Conduce a la persona a la autodeterminación desde la propia responsabilidad. Es una forma de atención humanista y que respeta las creencias, valores, ideas y sentimientos de la persona.

La Tanatología estudia los grandes procesos de pérdida y de duelo, tan presentes en la vida cotidiana de un hospital. También estudia las dimensiones económicas, psicológicas, sociales, morales, espirituales, culturales y biológicas de la muerte.

Las tres variables se aplican en un completo programa de formación en la Escuela de Pastoral de la Salud San Ezequiel Moreno, parte indispensable del trabajo que lleva a cabo el CARDI y por la que pasan todos los voluntarios.

En el programa se incluyen cursos de formación específicos para los voluntarios, para el personal de salud que trabaja en Hospitales, para los jóvenes y diplomados abiertos al público en general.

Con estos cursos, además, se ayuda a mantener el Centro, puesto que la oferta de cursos a la sociedad civil sí tiene un coste para los alumnos y los ingresos ayudan a sufragar los gastos operativos del edificio.

Son muy pocas las instituciones en México que ofrecen la especialidad en Tanatología, por ejemplo. Esto genera una oportunidad en el desarrollo de cursos y diplomados, convirtiendo a CARDI en una institución de referencia en este ámbito.

Imaginación y trabajo, fuentes de recursos

CARDI necesita muchos recursos para funcionar. La enorme inversión realizada para la construcción y equipamiento del edificio es sólo una parte de los números: los proyectos concretos, la preparación de cursos, la entrega de alimentos y medicinas, las llamadas telefónicas, los gastos ordinarios de agua, energía eléctrica, gas, y el apoyo directo a los enfermos y sus familiares… Nada es gratis en este mundo.

Para conseguir recursos se ha acudido a la red de solidaridad de muchas instituciones y personas. También a acuerdos o a la organización de eventos concretos.

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