Descubrir la riqueza interior implica el que sea más fácil descubrir la riqueza de los demás. No podemos buscar la plenitud demasiado lejos de lo que somos. Llevas dentro un tesoro que hemos de descubrir.

Codiciar es desear con ansia lo que no tiene verdadero valor.
Lo correcto sería poner todo nuestro empeño en conseguir lo esencial.
Solamente una justa valoración evita la codicia.
Estás fallando si te quita el sueño lo secundario.

Me debo ocupar de las necesidades materiales;
pero mi preocupación debe ser el desplegar mi humanidad.
El único camino es tomar conciencia de lo que soy.
El tesoro no está en el cielo, sino dentro de mí.

Dentro de ti está la plenitud, está la felicidad. Descúbrela.
Necios somos si nos empeñamos en buscarla fuera.
No la encontraré en las cosas de este mundo,
pero tampoco en un cielo o en un Dios fuera de mí.

Fray Marcos

Publicada en Fe adulta