Juan Barba, pintor madrileño fallecido en 1982, maestro de la penumbra y del desgarro, es un pintor tan desconocido como sorprendente. Parte de su obra ha salido a la luz en los últimos meses, haciéndole resurgir de las cenizas de la historia del Arte. Los Agustinos Recoletos y su espiritualidad fueron durante muchos años una de sus fuentes de inspiración.
La ‘bloggera’ de seudónimo Gato Pardo recomendaba hace unos meses a sus lectores visitar en Madrid una exposición de pintura:
“Quiero aprovechar este espacio para recomendaros una exposición, la que han organizado con una mínima parte de la obra de mi abuelo, Juan Barba. (…) Se pueden encontrar óleos, así como dibujos a carboncillo, plumilla, lápiz plomo y otros. La verdad es que cada uno de ellos son una maravilla. Tanto detalle, tanta magia en otros, tanta dedicación puesta en cada uno de ellos…
Es una pena que no se le haya reconocido su obra como a otros grandes pintores, porque, de verdad, se merece ese reconocimiento. Dedicó toda su vida a la pintura, ya que era su modo de vida, tanto espiritual como económica.
(…) Como os dije antes, si sois amantes del arte, os recomiendo que no os la perdáis, os va a gustar mucho. Y no lo digo porque sea mi abuelo; es que es verdad, era un artista!!!”
No son muchas más las referencias que se pueden encontrar sobre el pintor Juan Barba (Madrid, 1915-1982) en la Red. La mayor parte están en este mismo portal, donde en otras ocasiones se ha hablado del pintor, fundamentalmente en referencia a su obra pictórica sobre San Nicolás de Tolentino en la cripta de la madrileña.
Presentamos a continuación un recorrido espiritual y artístico por la vida de este pintor madrileño, con un análisis de algunas de sus obras religiosas más importantes, que nos trasladarán a lo más profundo de esa pintura desgarrada y genial que, como decía su nieta, por causas diversas aún no ha sido suficientemente reconocida. Barba, artífice de un personalísimo estilo, merecería una revisión más profunda de su trayectoria vital y artística.
La obra pictórica de Juan Barba alcanza, sin duda, su mayor grandeza, en espacio y en calidad, en el magnífico mural dedicado a san Nicolás de Tolentino en la cripta de la iglesia de santa Rita de Madrid, pintada en 1959. Sin embargo, las comunidades de Agustinos Recoletos de Monteagudo y Marcilla (Navarra), Valladolid, Madrid o Roma atesoran otras muchas obras de notable valor del mismo pintor.
En la primera parte veremos algunas notas biográficas; en la segunda, dejaremos hablar al propio artista en una entrevista publicada en prensa en 1969; y en la tercera parte nos acercaremos más de cerca a algunas de sus obras.
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