3. Un proyecto de principios

El Hogar Santa Mónica no viene sólo por una necesidad social. Si Fortaleza necesitaba un proyecto que atendiese a estas niñas, la Orden de Agustinos Recoletos necesitaba un proyecto donde practicar su manera de ver la vida, las personas, la sociedad. En él ponen en práctica sus principios orientadores: el amor católico de justicia y solidaridad, aderezado con los valores agustinianos de la comunidad, la fraternidad y la interioridad.

El 27 de agosto vio la luz un espacio que evoca a San Agustín y su forma de entender el ser humano. Y se evoca especialmente a su madre, Santa Mónica, protectora en su tiempo de su hijo Agustín y ahora de las niñas necesitadas de acompañamiento, afecto, esperanzas de futuro. Una lucha por la justicia y la igualdad de género, en que ellas sean sujetos de derecho, partícipes y protagonistas de sus proyectos de vida.

San Agustín fue un hombre de ciencia. Los Agustinos Recoletos hacen una propuesta en la que prima la educación frente al asistencialismo paternalista, el autoconvencimiento frente a la reclusión obligatoria, la búsqueda de sí mismo frente a la pérdida de respeto, la construcción de fraternidad frente al uso y abuso del otro.

Además, los Agustinos Recoletos no se sienten ni quieren estar solos. Creen en la importancia del trabajo conjunto, en equipo, con otras instituciones, uniendo esfuerzos. Y lo consiguen con todas las instituciones presentes en la Barra do Ceará y en el CEU.

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Los agustinos recoletos tienen una forma concreta de estar en el mundo, de compartir unos valores. Algunos de ellos se muestran en este vídeo: su carisma, forma de ser, su proyecto:

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