Santa Magdalena de Nagasaki es mártir japonesa, patrona de la Fraternidad Seglar Agustino-Recoleta. Su historia de vida, su testimonio en la muerte y su fe son hoy un faro de luz para muchas personas, tantos años después.
El Día del Dómund de 1987 fue canonizado un grupo de mártires de Japón cuya cabeza de lista ocupa el seglar filipino san Lorenzo Ruiz.
Cuatro de ellos son españoles, uno francés, otro italiano y el resto, hasta dieciséis, japoneses: unos son sacerdotes, otros religiosos en las varias formas de participación en la vida consagrada (hermanos cooperadores, novicios, donados, terciarios…), otros son catequistas laicos. El denominador común del grupo parece ser la pertenencia a la familia dominica, aunque también en esto hay sus discrepancias, pues parte de la propaganda reclama a santa Magdalena de Nagasaki para los agustinos recoletos.
Desde luego, no se trata de resucitar aquellas vehementes, y a veces deliciosas, polémicas barrocas entre órdenes por puntillos de honra histórica. Lo que hoy más nos llama la atención es la naturalidad con que se hermanaban en la misma aventura a lo divino, como fueron las misiones de los siglos XVI y XVII, hombres de diversas procedencias nacionales y de diferentes espiritualidades. Cuando se organizaba una expedición misionera a Japón, generalmente desde Manila o desde Macao, en el grupo participaban por igual jesuitas, franciscanos, dominicos o agustinos. Lo que sabemos del trabajo misional dentro del Imperio en tiempo de las persecuciones, desde 1614 a 1640, aproximadamente nos indica que el entendimiento era total entre los misioneros de diferentes hábitos; tal vez contribuyera a hermanarlos la difícil circunstancia que vivían y el hecho de ser, mayoritariamente, de origen peninsular. Y, lo que no es menos significativo, las relaciones de martirio que llegaban a Madrid corrían de mano en mano y de convento en convento porque a todos edificaban por igual.
El caso de Magdalena de Nagasaki es sintomático en esta plural participación y en esta cooperación entre las grandes órdenes misioneras. Cuando llegan a Japón los primeros agustinos recoletos, allá por 1623, acaba de quedar huérfana por martirio de sus padres. Tiene entre diez y doce años. Por no sabemos qué caminos providenciales conecta con los hoy beatos fray Francisco de Jesús y fray Vicente de San Antonio, palentino el primero, portugués el segundo, agustinos recoletos los dos. Magdalena les sirve primero de intérprete y voz, luego de catequista; ellos la orientan espiritualmente. La corriente de afecto que se crea va madurando su vocación y pide ser admitida en la familia de sus nuevos padres, la Recolección agustiniana, pero la perentoriedad de estructuras en tiempo de persecución no permite otra fórmula que aceptarla como terciaria. Y como terciaria agustina recoleta formaliza su compromiso.
En 1632 son martirizados también fray Francisco y fray Vicente. Los dos nuevos recoletos que se destinan a ocupar su puesto de misioneros, fray Melchor de San Agustín y fray Martín de San Nicolás, son apresados apenas ponen pie en el imperio japonés, traicionados por piratas chinos que los transportaban, y mueren igualmente mártires. La catequista Magdalena, doblemente huérfana porque ha perdido a sus padres y a sus mentores espirituales, desconectada del sustrato recoleto que la ha mantenido durante nueve años, se refugia ahora en otro religioso que también practica la regla de san Agustín, el dominico fray Jordán de San Esteban. Éste la pondrá en relación con sus terciarias dominicas y, para dar forma al cambio, la admite en el noviciado como tal.
Antes de llegar a la profesión como dominica, a mediados de octubre de 1634, Magdalena es ejecutada en testimonio de la fe. Comerciantes portugueses que la vieron dirigirse al martirio atestiguaron que llevaba el hábito negro y la correa de san Agustín, pero eso sería lo de menos. Hoy con justicia su figura es reclamada por las dos órdenes religiosas: los agustinos recoletos porque terciaria Agustina recoleta murió; los dominicos porque su intención era profesar como dominica. Ambas órdenes la incorporarán a su particular calendario litúrgico.
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ÍNDICE DE PÁGINAS DEL REPORTAJE
- Introducción
- 1. 1584-1632: Primeros mártires agustinos: Francisco de Jesús y Vicente de San Antonio
- 2. 1632-1637: El incendio continúa: Martín de San Nicolás y Melchor de San Agustín
- 3. Magdalena
- 4. El último acto
- 5. El mundo que ella vivió
- 6. El mártir, para san Agustín
- 7. Un larguísimo proceso
- 8. ¿Recoleta o dominica? Una santa disputada
- 9. La Fraternidad Seglar Agustino-Recoleta
- 10. Qué nos dice hoy santa Magdalena
- 11. Una vida de camino, para morir cantando