Nicolás Shi en su escritorio, en el año 2000.

Con el fallecimiento de monseñor Nicolás Shi OAR (†2009) y de Luis Aguirre OAR (†2007) se abre en la misión de los Agustinos Recoletos en China una nueva etapa en la que ya no quedan ninguno de los protagonistas que permitieron su fundación, afianzamiento, expansión y supervivencia tras décadas de enormes dificultades. En Henan, China, muere la misión de Kweiteh y nace la Diócesis de Shangqiu.

El día 16 de septiembre de 2009 falleció en el hospital de Shangqiu (Henan, República Popular China) el agustino recoleto Nicolás She, obispo católico, misionero y último superviviente de los años más difíciles de esa misión católica. Tenía 88 años.

Hace dos años, el 27 de julio de 2007, falleció en Monteagudo (Navarra, España) Luis Aguirre, el último de los agustinos recoletos españoles que habían participado en la puesta en marcha de la misión. Contaba con 94 años y era el tercer religioso más anciano de la Orden cuando falleció.

Con la muerte de ambos se ha cerrado una etapa, la de la misión de Kweiteh, convertida con el tiempo y los avatares históricos en la Diócesis de Shangqiu. No hablamos de tiempo cronológico, sí de circunstancias y de ese tiempo llamado por la teología el “Kairós», el tiempo de la salvación, la historia humana reconvertida e interpretada como la actuación continua de la mano de Dios en seres humanos concretos, que pasaron por unas pruebas y una misión que hoy admiramos y reconocemos.

Según la cronología, la misión que los Agustinos Recoletos tomaron en 1924 fue declarada Prefectura Apostólica por la Santa Sede el 19 de junio de 1926, y el 18 de mayo de 1937 pasó a ser Vicariato Apostólico. En 1946, el 11 de abril, el Vicariato fue elevado a la categoría de Diócesis, siendo su primer obispo monseñor Francisco Javier Ochoa, que antes había sido Prefecto y Vicario.

El 11 de diciembre de 1947, Ochoa renunció a la diócesis y, como segundo obispo de Kweiteh, fue nombrado a finales de 1949 otro de los misioneros recoletos españoles, Arturo Quintanilla.

Cuando afirmamos que ha concluido la etapa de la misión de Kweiteh, queremos indicar que han dejado este mundo los últimos testigos que con sus manos y trabajo dejaron la semilla de lo que hoy es una diócesis católica en el interior de la República Popular China.

Aguirre y Shi fueron los últimos de entre los misioneros españoles y los religiosos chinos que, en su propio país, continuaron la tarea emprendida por aquéllos. Queda otro pequeño grupo de religiosos chinos que en el momento de la revolución maoísta se encontraban fuera de su país en las casas de formación de los Agustinos Recoletos y que, durante decenios, no pudieron volver a entablar contacto con la misión, con sus familias y con su gente.

La Diócesis quedó vacante desde la muerte de monseñor Quintanilla en España, el 21 de noviembre de 1970, hasta la elección de Nicolás Shi Jing Xiang, en 1991. Durante 20 años, monseñor Shi Jing Xiang ha sido el pastor de la Iglesia de Kweiteh-Shangqiu.

Él personificaba la herencia de los misioneros, con los cuales se formó y convivió de pequeño, al entrar en el seminario; y encarnaba, al mismo tiempo, el espíritu martirial de la Iglesia china durante los años más duros de persecución. Él era uno de los últimos supervivientes entre la nube de mártires con la que Dios ha enriquecido a la Iglesia del siglo XX.

Su sucesor lo será en la misma sede eclesiástica de Shangqiu. El contexto sociopolítico y el régimen de libertades han ido variando, lenta pero continuamente, a lo largo de estos años. Por ello, la situación personal de quien continúe la tarea de monseñor Nicolás será totalmente distinta. Kweiteh es ahora Shangqiu, aunque la moderna prefectura de millón y medio de habitantes no podrá desmerecer ni olvidar sus raíces.

Para entender el proceso y la importancia de figuras como las de Luis Aguirre o Nicolás Shi, ofrecemos este reportaje a nuestros lectores.

SIGUIENTE PÁGINA: 1. En medio de la gran llanura


ÍNDICE DE PÁGINAS DEL REPORTAJE

.