Luis Aguirre, recién salido de la cárcel, mostraba este aspecto.

Con el fallecimiento de monseñor Nicolás Shi OAR (†2009) y de Luis Aguirre OAR (†2007) se abre en la misión de los Agustinos Recoletos en China una nueva etapa en la que ya no quedan ninguno de los protagonistas que permitieron su fundación, afianzamiento, expansión y supervivencia tras décadas de enormes dificultades. En Henan, China, muere la misión de Kweiteh y nace la Diócesis de Shangqiu.

Dos meses antes de la ordenación de Ochoa, los japoneses toman Pekín. China se congestiona: sucesivamente la guerra chino-japonesa, la Segunda Guerra Mundial y la revolución de Mao Tse-Tung convulsionan la sociedad, incluidos los religiosos misioneros.

Durante la invasión japonesa, la casa central de la misión sufrió bombardeos y fue ocupada por tropas niponas. Pero la situación empeora al entrar Estados Unidos en la Guerra tras el ataque del Imperio del Sol a la base naval y aérea de Pearl Harbour. China sufre un duro bloqueo económico y comercial. La misión se ve incomunicada, sin ayuda exterior y rodeada por invasores nipones, saqueadores locales y bandidos violentos.

Los caminos de Dios llevan otro rumbo: es el periodo con mayor número de profesiones religiosas entre religiosos y religiosas. Sólo la falta de recursos obligó a que se dejasen de admitir seminaristas. En ese tiempo faltaban muchas cosas para comer, para vivir, y los misioneros se ponían de rodillas para pedir al Señor que remediase esa necesidad. Y enseguida llegaba la buena gente de la misión para traer arroz, comida y procurar que nada faltase a los misioneros, religiosas y seminaristas.

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