Las experiencias del Hogar Santa Mónica de los Agustinos Recoletos en Fortaleza en sus primeros momentos están llenas de avatares, desafíos, sorpresas y supervivencia.

Hoy queremos hablaros de nuestras Hermanas Camilianas. A tan sólo quinientos metros de nuestro Seminário Santo Agostinho se encuentra la casa de la Asociación Camiliana María Madre de la Vida.

Esta congregación religiosa, perteneciente a la familia camiliana, surgió hace pocos años de la mano de P. Adolfo, un camiliano italiano (Verona) que ha pasado casi toda su vida en Brasil ejerciendo de manera conjunta sus dos “profesiones”: sacerdote y ginecólogo.

La congregación está compuesta por unas 20 hermanas –entre profesas y formandas- distribuidas entre las dos casas de Fortaleza y una tercera en Quixadá (interior del Estado). Su carisma es la atención a la mujer, principalmente jóvenes y adolescentes embarazadas.

En la Barra do Ceará dirigen un Centro de Convivencias que atiende unas 400 jóvenes y adolescentes por curso. En el Centro desarrollan cursos profesionales: costura, artesanado, culinaria, informática, lenguas, peluquería y manicura, música, danza… Algunos de estos cursos tienen convenios con importantes empresas que al término del mismo contratan a las mejores del grupo.

En el Centro de Convivencias las jóvenes se sienten acogidas y estimuladas a crecer humana y espiritualmente. También ofrece un importante apoyo a su salud como mujeres; un equipo de ginecólogos y dentistas pasan visita dos veces por semana, completando la atención, en los casos necesarios, en alguno de los consultorios u hospitales camilianos de la ciudad. Recientemente el Centro de la Barra será ampliado con un laboratorio de análisis clínicos que estará a disposición de todo el barrio.

Resumiendo, podemos decir que el Centro de Convivencias María Madre de la Vida es un proyecto de calidad, bien pensado, estructurado, con dimensión de futuro. Las jóvenes se sienten como en casa y al mismo tiempo la exigencia personal y comunitaria las ayuda a crecer y desarrollarse, abriéndoles posibilidades para el futuro.

Muchos de los que conocéis el proyecto Lar (Hogar) Santa Mónica entenderéis ahora por qué descartamos la posibilidad de crear un centro de profesionalización en la Barra do Ceará: ¡Ya existía uno… Y muy bueno!

El P. Adolfo no se cansa de decir que “Agustín y Camilo caminan juntos en Fortaleza” y nosotros nos sentimos contentos de haber estrechado lazos de amistad y fraternidad con esta familia. En adelante seguiremos colaborando y aprendiendo juntos; no nos cabe la menor duda.


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