Grupo de voluntarios del "Sopão" de los niños en el barrio Barra do Ceará de Fortaleza (Brasil) celebran la Navidad.

Las experiencias del Hogar Santa Mónica de los Agustinos Recoletos en Fortaleza en sus primeros momentos están llenas de avatares, desafíos, sorpresas y supervivencia.

El Hogar Santa Mónica, centro de atención y acogida para niñas y adolescentes víctimas de abuso y explotación sexual, es un sueño que se va materializando con el paso de los días. ¡Ya estamos más cerca de dar inicio a esta gran obra social y espiritual!

Muchos habéis soñado con nosotros en estos últimos años. En todo momento nos hemos sentido acompañados y apoyados, por eso con estas líneas queremos testimoniar nuestro agradecimiento por haber creído en este proyecto, por haberlo apoyado con vuestro trabajo, por haber rezado y pedido al Dios de la Vida para que Su obra saliera adelante a pesar de los muchos contratiempos…

Todavía nos gustaría ver crecer más la familia de los amigos/as del Hogar (Lar) Santa Mónica. Seguro que con el tiempo muchas de las niñas y adolescentes van cautivando el corazón de muchas personas que quieran contribuir a dar una oportunidad en la vida de estas niñas.

Hasta ahora las ayudas materiales han venido de manera de especial desde España: Getafe, Arnedo (La Rioja), Parroquia de San Sebastián de Chiclana de la Frontera (Cádiz) y Parroquia de Santa Rita de Madrid. Han sido ferias, rastrillos, venta de muñecas y artesanías de Brasil o simplemente colectas o donaciones… Muchas gracias a todos por vuestro esfuerzo y dedicación.

También en Fortaleza hemos encontrado buenos apoyos: el Condominio Espiritual Uirapurú (CEU) fue desde el principio un estímulo para nuestro proyecto. Nuestros logros son los logros de las otras 18 instituciones que, junto con nosotros, formamos parte de ese proyecto; y también los problemas y angustias son compartidos en espíritu de fraternidad.

El CEU nos ha ayudado a soñar, no solamente con la materialización de nuestro proyecto, sino con una mundo diferente, donde todos trabajamos unidos para mejorar la vida de los más pobres.

Un numeroso grupo de voluntarios formado por jóvenes del Área pastoral, de la Fraternidad Seglar Agustino Recoleta, seminaristas y religiosos agustinos recoletos… y hasta alguna voluntaria -como Pepita de Getafe– que ya ha experimentado el cariño que transmiten lo abrazos de los niños cuando se sienten queridos.

¡Ojalá dentro de poco podamos tener a alguno/a más de vosotros por estas tierras! Comprobaréis cómo se aprende más que se enseña, y se siente con más claridad que, a pesar de nuestras limitaciones, somos instrumentos del amor de Dios para sus hijos predilectos: los pobres.

Os animamos a difundir nuestra tarea y a ayudarnos con vuestro trabajo, oración e interés. Para los que estamos en la vanguardia de la misión es muy alentador saber que hay hermanos/as detrás de nosotros apoyándonos.

Gracias a todos, los de allá y los de acá.

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