Las playas de “Iracema” y “do Futuro” de Fortaleza, lugar de encuentro de dos mundos: turistas nacionales y extranjeros se mezclan con adolescentes y jóvenes de los círculos de pobreza que rodean la ciudad. El resultado: uno de los “paraísos” (convertidos en infiernos) del llamado “turismo sexual” en el mundo.

Las experiencias del Hogar Santa Mónica de los Agustinos Recoletos en Fortaleza en sus primeros momentos están llenas de avatares, desafíos, sorpresas y supervivencia.

El prior provincial de la Provincia de San Nicolás (Agustinos Recoletos) informa a la Provincia acerca del nacimiento, desarrollos y perspectivas del Hogar Santa Mónica de Fortaleza (Brasil). Transcribimos la parte de su informe dedicada a este fin.

El “Lar Santa Mônica” (Hogar Santa Mónica), Fortaleza

En el trienio anterior la comunidad de Fortaleza había presentado varios proyectos de ayuda a instituciones locales que trabajan directamente con los menores de la Barra do Ceará, el paupérrimo barrio donde se encuentra el Seminário Santo Agostinho.

A raíz de esos pequeños proyectos, la Comisión de Misiones presentó al Consejo Provincial un Proyecto de atención integral a menores y adolescentes prostituidas en la Barra do Ceará.

El Consejo valoró positivamente el proyecto, que se realizaba junto con una institución religiosa local, Asociación Renacer a la Esperanza. Para definir mejor este proyecto, se mantuvieron diversas y largas reuniones con todos los implicados.

Paralelamente, se contempló la posibilidad de adquirir terrenos en el área. Por una parte se veía necesario disponer de un terreno para el proyecto, por otra buscar otras propiedades como inversión económica atendiendo a las Constituciones y con el deseo de disminuir la dependencia económica de la Delegación de Brasil. El ecónomo provincial visitó Fortaleza, informó al Consejo, y se decidió adquirir un segundo terreno.

Las conversaciones y la definición paulatina del proyecto con la Asociación Renacer a la Esperanza fue creando diversos interrogantes. Por ello, antes de pensar en un acuerdo firme y para contar con suficiente información, el Consejo envía al secretario de la Provincia, entonces también miembro de la Comisión de Misiones, para que redacte un informe completo y negocie los puntos del acuerdo.

El acuerdo, finalmente, no se firmó por ninguna de las dos Instituciones. Inicialmente la Asociación mostró su resistencia a ciertas cláusulas, referentes sobre todo a propiedades y cogestión de los programas sociales; el Consejo también concluyó que la situación jurídica, económica y de organización interna de esta Asociación podría ser, en el futuro, un grave problema para el desarrollo y gestión del Proyecto. Pero sí se llegó a la convicción de que era necesario concretar la opción por los pobres en Fortaleza, con la implicación de los religiosos, y se decide que este deseo se lleve al Capítulo.

Las razones para ello eran variadas: el estado real de la zona donde se ubica el postulantado, uno de los focos de explotación sexual de menores en Fortaleza, al que la Provincia no podía dar la espalda; la búsqueda de un complemento a la formación de los postulantes; tener un campo de trabajo muy propicio para entrar en comunión con voluntarios, miembros de la sociedad civil y diversas instituciones en Fortaleza.

El Capítulo refrendó el proyecto de Fortaleza incluyéndolo en la Ordenación. Por ello, el Consejo refuerza la comunidad con un religioso que asuma la pastoral del área y coordine el trabajo y estudio del proyecto social.

En la primera visita a Lábrea informé a los religiosos y escuché sus aportaciones. El coordinador mantuvo continuamente informado al delegado de Brasil y al Consejo Provincial tanto de sus actuaciones como de las reuniones de la comunidad de Fortaleza al respecto.

Después de un estudio pormenorizado envía sus conclusiones y propone la integración de la Provincia en el Condomínio Espiritual Uirapurú (CEU), una entidad de ayuda social constituida por congregaciones religiosas y asociaciones católicas en unos terrenos especialmente dispuestos para ello. Por otro lado, esto permitiría seguir trabajando en red con todos los centros existentes en la Barra do Ceará, añadiendo una alternativa de trabajo que hasta ese momento no existía sin convertirse en un centro más “en competencia” con otros.

El Consejo entiende las numerosas ventajas de la propuesta y decide que se continúe en esa línea. Así, el CEU ofrece un terreno sobre el que edificar, cuenta con servicios compartidos con las otras instituciones, tiene suficiente experiencia de trabajo y garantías jurídicas, cuenta con una larga tradición de espiritualidad de comunión intraeclesial, y nuestra oferta responde a una carencia pues hasta ahora no ofrecía la atención específica a las niñas y adolescentes en riesgo de explotación sexual comercial.

Los encargados del proyecto elaboran sus Estatutos, dan al Centro un respaldo legal creando la “Associação Beneficente dos Agostinianos Recoletos de Fortaleza” (ABARF) y diseñan los pormenores del “Lar Santa Mônica”, tanto en sus aspectos materiales (planos) como en los programas pedagógicos y de atención humana y espiritual.

Por su parte, la Provincia entra en contacto con la madre general y la Provincia de Santa Rita de las Misioneras Agustinas Recoletas, buscando su colaboración en el proyecto. Con ellas hay una larga experiencia de trabajo conjunto en Lábrea y Manaus, y era imprescindible tanto la presencia femenina en el Centro como encontrar una institución sobradamente afianzada que colaborase con nosotros. Se elabora un borrador de acuerdo con las MAR a la espera de concretar fechas y condiciones.

Tanto en su caso como en el nuestro, nos encontramos con la escasez de personal, que exigiría dar prioridad al proyecto; y en ambos casos lo vemos como un proyecto capaz de relanzar (reestructuración) la vida consagrada en todos sus aspectos.

Para la promoción del proyecto y para la consecución de fondos colabora la Comisión de Misiones y Desarrollo Social. También se han publicado informaciones y materiales para nuestros ministerios y a todos los posibles donantes particulares. En este campo, el hecho de que no sea un proyecto ya en marcha, sino en preparación, ha impedido darle mayor publicidad.

Un factor fundamental para que “Lar Santa Mônica” sea asumido por la Provincia es el modo como nos impliquemos los religiosos y las comunidades.

A nuestro modo de ver, y también del Capítulo, este proyecto ha de ser considerado prioritario frente a otras actividades o responsabilidades.

La distribución de personal tendrá que hacerse teniendo muy en cuenta que en Fortaleza exista una comunidad suficiente que atienda sin agobios tanto a la formación como al proyecto. Tendrá que ser personal con aptitudes y preparación, con lo cual otros ministerios tendrán que sacrificarse en personal cualificado o más apto.

Exigirá también que religiosos que hubieran querido llevar una vida más tranquila asuman con generosidad responsabilidades. Estamos convencidos de que todos esos sacrificios redundarán en un enriquecimiento y una revitalización, sobre todo si son asumidos con el espíritu que cabe esperar de nuestra consagración religiosa.

SIGUIENTE PÁGINA: 11. Del motel… al Cielo


GALERÍA DE IMÁGENES


.