Aprovechando la celebración en este 2008 del Año Vocacional Agustino Recoleto (AVAR), hemos querido presentarnos de una forma sencilla y cercana.

Los agustinos recoletos somos conscientes de que nuestros orígenes, modo de vida, actividades y proyectos les son desconocidos a muchas personas que se acercan a nuestra parroquias y colegios.

A lo que para muchos resulta misterioso, hemos querido darle un aire de normalidad. Por ello hemos preferido diseñar una exposición itinerante en la cual se combina la fuerza de la imagen con el lenguaje sencillo, de tal manera que el visitante pueda aclarar sin dificultad algunos conceptos sobre nosotros.

Los paneles que componen la exposición responden a las preguntas: ¿Quiénes somos?, ¿Cómo vivimos?, ¿Qué hacemos?, ¿Dónde estamos?, ¿Cómo ser uno de nosotros?

El título, Una forma diferente de vivir, no busca el exclusivismo sino que responde a la realidad concreta que vivimos los agustinos recoletos. Vivimos insertos en el hoy, en el aquí y ahora, dando mayor importancia a las pequeñas cosas, las que alimentan el devenir del tiempo y la felicidad de la persona: vida de oración, austeridad y vida comunitaria.

¿Quiénes somos?

San Agustín, hace 1600 años, empezó esta aventura. Quería vivir con unos amigos su búsqueda incesante de la felicidad. La encontraron en la vida de fe, en el deseo de saber, en el servicio a los demás y en la comunidad de bienes y de intenciones.

La Familia que inició Agustín se desarrolló y creció; se llenó de historia, de color, sabor y pluralidad. Los Agustinos Recoletos somos parte de esa gran Familia. Estamos en 19 países y somos 1200 religiosos.

Seguimos los valores originales de Agustín: con el estudio queremos entender más y mejor, tanto a nosotros mismos como lo que nos rodea; defendemos la educación como medio de liberación y de desarrollo, por eso es parte importante de nuestra tarea.

Y queremos estar allí donde alguien nos necesita: con nuestra palabra y nuestra escucha, desde la cercanía, el apoyo solidario, la acogida y el compartir de nuestro ser y hacer. ¿Te atreves a experimentar esta forma diferente de entender la vida?

¿Cómo vivimos?

Nosotros vivimos “en comunidad” del mismo modo que quería san Agustín: el hecho de vivir juntos, de poseer todo en común, permite que nuestro corazón se sienta más unido a Dios.

Nuestra forma de vida es sencilla, normal y corriente. No hay distinciones en nuestras casas. Todos somos y nos sentimos iguales. En ellas no hay forasteros ni bienes privados de los que no pueda participar cualquiera de los miembros de la comunidad.

¿Qué hacemos?

Intentamos sembrar en el día a día de la gente esa semilla del Evangelio que estamos convencidos puede alegrar la vida y llenar de esperanza a todos los maltratados por el mundo.

Por esta razón nuestro trabajo no es específico: no nos dedicamos sólo a la enseñanza o a las misiones, sino que acudimos allí donde la Iglesia nos lo pide: parroquias, colegios, situaciones de pobreza extrema, exclusión social, adolescentes en riesgo, y estamos también en lugares de misión, donde el número de católicos es bajísimo y aún no se conoce el Evangelio.

¿Dónde estamos?

La Orden la componemos unos 1200 frailes y está dividida en ocho Provincias, repartidas por 19 países de cuatro continentes.

Nosotros pertenecemos a la Provincia de San Nicolás de Tolentino. Estamos presentes en nueve países: Brasil, China, Costa Rica, España, Estados Unidos, Inglaterra, Italia, México y Taiwán. Formamos parte de ella unos 300 religiosos.

¿Cómo ser uno de nosotros?

Nos hemos juntado personas de diferentes orígenes y de muy heterogénea formación y cultura. Pero todos hemos tenido algo en común: un “sentirnos llamados” a esto; un “no sé qué” que nos llevó un día a llamar a las puertas de la Orden para integrarnos en ella.

Como todo, también la vida religiosa exige preparación. En nuestro caso ocho años de estudios, que nos dan tiempo para comprobar si este es o no nuestro camino.


GALERÍA DE IMÁGENES

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