Reunión de los superiores mayores de las provincias agustinas presentes en México. El primero por la derecha es Sergio Sánchez, vicario de México y Costa Rica de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de la Orden de Agustinos Recoletos.

José Sergio Sánchez Moreno (Tlalnepantla, Estado de México, 1961) es desde el pasado Capítulo Provincial de mayo de 2003 vicario de la Vicaría de México y Costa Rica. A la vuelta del Capítulo General recientemente celebrado en Roma le hemos entrevistado para saber de primera mano una completa información de la situación real de la Provincia de San Nicolás de Tolentino en esos dos países americanos.

La reestructuración de ministerios, la casa de Espiritualidad que el Capítulo mandó crear en México, la situación de las vocaciones y del proceso formativo, el trabajo entre religiosos y laicos y la recientemente creada Familia Agustiniana Mexicana (FAM) son los temas por los que el verbo fácil y cálido de Sergio Sánchez nos anima a la lectura atenta.

Las Ordenaciones del último Capítulo Provincial hablan de la Reestructuración de Ministerios ¿Qué ha significado esto en su programa para la Vicaría?

Desde el primer encuentro con los frailes les manifesté el deseo de cumplir con ella porque condicionaba grandemente otras encomiendas. Su realización depende de una reflexión seria de lo que somos y hacemos como agustinos recoletos, trabajo que no puede realizarse sin la participación de todos. Su cumplimiento requiere de más de un trienio si pensamos que se trata de un cambio grupal de actitudes en donde los impulsos de renovación se conjugan con las resistencias al cambio.

Desde septiembre de 2003 iniciamos nuestra reflexión con un cuestionario abierto que nos ubicó en el punto desde el que afrontaríamos este reto. Los pasos subsiguientes han sido muy participativos, tanto a nivel personal como comunitario a través de reuniones de zona y su culminación en la Asamblea de la Vicaría. Como fruto de la Asamblea tenemos unas metas a corto, mediano y largo plazo que poco a poco estamos implementando.

¿Cuáles son las razones principales para una reestructuración en México y Costa Rica?

Las primeras inquietudes surgieron desde la base; los mismos religiosos en sus encuentros de etapa, en las reuniones de secretariados y en las últimas Asambleas de la Vicaría manifestaron sus deseos de vivir de otra manera. Las razones que se han expuesto antes del proceso han sido contar con comunidades con, al menos, tres religiosos. Evitar el aislamiento de algunas comunidades, favorecer una vida comunitaria más cálida. Afrontar el hecho de la edad avanzada de un buen número de religiosos. Plantearse qué hacer ante las dificultades para llevar a la práctica una pastoral de conjunto. Asumir la realidad de la disminución de religiosos. La importancia para la Provincia del servicio a la Iglesia más necesitada. La conveniencia de que en todas las zonas haya ministerios insertos entre las personas más desprotegidas.

Estas razones indican un deseo de mejorar la calidad de nuestra respuesta religiosa, en la comunidad y en el servicio a los demás.

Las Ordenaciones también señalan que se debe abrir una Casa de Espiritualidad en México. Como eje central para la reestructuración de la Vicaría, ¿qué funciones tendrá esta casa?

La idea de tener una casa de este tipo en México responde a la inquietud de los frailes por conocer más la figura y patrimonio espiritual de San Agustín y de la Recolección. En un primer momento pensamos en conferencias o cursillos sobre dichos temas. Pero conforme ha ido madurando la idea consideramos que sólo con una comunidad y una casa dedicada a este servicio podremos darle el peso que merece. Los conocimientos teóricos podrán enriquecerse con experiencias o talleres de oración o la puesta en práctica de los itinerarios de nuestra espiritualidad propia, para lo cual necesitamos de espacios y personas capacitadas que presten estos servicios. La ordenación es muy clara al respecto, primero la formación de frailes y, en un segundo momento, la formación de laicos.

Esta casa será el espacio para cultivar una mística en el proceso de reestructuración. Para mí, y creo que para la mayoría de los religiosos, la reestructuración no se reduce a cerrar o abrir casas, sino a la actitud nueva de ser religiosos. Esta esperada casa cumplirá su objetivo si en ella nos damos la oportunidad de recrear nuestra identidad carismática, la cual se expresa principalmente en una experiencia del Espíritu.

¿En qué situación se encuentra actualmente el desarrollo de creación de esta nueva comunidad?

Desgraciadamente los pasos concretos han sido más lentos que nuestros deseos. En este momento estamos en la fase de preparación del personal y en la elaboración del programa de formación. A partir de enero queremos proponer algunas actividades. Ojalá y para el inicio del próximo trienio tengamos comunidad asignada y formándose y una casa en construcción.

En las Ordenaciones también se remarca la necesidad de interactuación entre religiosos y laicos. ¿Se trabaja ya con los laicos en México? ¿Qué se va a hacer para aumentar esta interacción?

Muchos de nuestros ministerios han optado por una pastoral de evangelización, lo cual significa que los laicos son agentes activos de evangelización en sus mismas comunidades. La futura casa de Espiritualidad también contempla un servicio formativo para los laicos. Ya desde ahora me doy cuenta de que ellos son quienes más nos estimulan a que les compartamos nuestra espiritualidad. Los mismos laicos son quienes nos manifiestan su deseo de formarse para participar con más conocimiento de causa en las actividades de nuestros ministerios.

Además, estoy convencido de que esta experiencia no será una relación donde una parte da y la otra recibe, sino una formación de comunicación de vida, en donde podemos compartir los descubrimientos y pasos que hemos dado en la búsqueda común de los caminos del Señor. Estoy convencido de que los laicos enriquecen nuestra espiritualidad y necesitan su espacio de protagonismo. Hoy es un signo de los tiempos la aportación de los laicos en la fidelidad creativa del carisma de las familias religiosas.

¿Cuál sería el mensaje que quiere dejar a los laicos y religiosos que lean esta entrevista?

Desde luego que un mensaje de esperanza e ilusión por lo que está por venir. No sólo como un buen deseo personal, sino haciéndome eco del talante que muchos de los religiosos están asumiendo respecto al proceso de reestructuración. Hablamos de un nuevo estilo de trabajo como reflejo de un modo renovado de entender la vida religiosa, que es don del Espíritu. La novedad no viene tanto de los cambios de formas, sino del empeño en que el Señor sea el protagonista en nuestra vida consagrada.

A los laicos les pido que continúen interpelándonos con sus peticiones de conocer más de nuestros itinerarios espirituales y pastorales, sus voces son un aliciente para que no seamos conformistas en el ministerio. El carisma agustino recoleto tiene mucho que decir al mundo de hoy y no podemos dejarlo en la penumbra. Además, les digo a los hermanos laicos, que son co-protagonistas de nuestras mismas búsquedas y beneficiarios de nuestros logros. Contamos con ustedes.

Recientemente hemos asistido a la creación de la Familia Agustiniana Mexicana (FAM) como institución que une a todas las órdenes y congregaciones masculinas y femeninas de carácter agustiniano. ¿Qué valoración le merece este hecho?

Aún no contamos con el reconocimiento jurídico, pero vemos que en un futuro puede ser necesario para respaldar las actividades que estamos realizando con ocasión de los jubileos agustinianos. Yo diría que estamos viviendo la fase carismática porque se está trabajando sin una estructura demasiado hecha. Para todos ha sido una grata sorpresa el que podamos encontrarnos para conocernos y vivir juntos parte de la riqueza espiritual que es patrimonio común.

¿Tiene la FAM una vocación de futuro?¿Qué programas van a realizar?

Por ahora casi todos los eventos han sido una continua fiesta, con expresiones de una fraternidad y familiaridad reconocidas y celebradas. Además de los festejos jubilares, pretendemos apoyarnos en la formación permanente de los religiosos y en la atención a las fraternidades seglares. Para el congreso agustiniano y para el encuentro de pastoral agustiniana se conformaron unos equipos de trabajo que no queremos perder y que seguirían apoyando en la organización de otros congresos, como el próximo de San Nicolás para septiembre de 2005 y es deseo de todos que tengamos un encuentro de pastoral agustiniana anual, además de tres retiros para las fraternidades. Además, en este momento se están preparando los guías que acompañarán a los turistas por las “rutas agustinianas” (visita a los conventos agustinos de los primeros siglos en América).

El aumento de número de religiosos involucrados y el entusiasmo contagiado auguran un buen futuro para la naciente FAM.

¿Cómo es la situación de las Fraternidades Seglares en México y Costa Rica?

Para empezar, quiero decir que las fraternidades no están erigidas en todos nuestros ministerios y tienen diferente vitalidad en Costa Rica que en México.

En Costa Rica hay solamente dos fraternidades, la del Postulantado de Pozos, que ha recibido a la de San Antonio de Belén, y la de la Ciudad de los Niños. Considero que el concepto más auténtico de fraternidad seglar es el que expresan estas fraternidades. No son grupos dentro del ministerio, sino gente cercana que ha querido formarse según nuestra espiritualidad por sintonía o afinidad. Además, son las fuerzas vivas dentro del ministerio, comprometidas en nuestros proyectos.

Las fraternidades seglares de México vivieron tiempos de esplendor hace años. Erigidas en casi todos los ministerios de la ciudad de México y Veracruz. Sin presencia en Chihuahua. Hoy día comienzan a retomar un aire renovador gracias a la incansable dedicación de uno de sus asesores espirituales, el padre Jesús Pérez, y al grupo floreciente del Postulantado San Agustín. Ésta última vinculada preferentemente a nuestro quehacer vocacional.

Los eventos del jubileo agustiniano han sido oportunidades privilegiadas para formarnos conjuntamente frailes y hermanos seglares.

Uno de los principales centros de atención para los religiosos y seglares es la promoción vocacional. ¿Puede darnos una visión general sobre la situación actual en este campo en ambos países?

Ciertamente, la promoción vocacional es una preocupación de todos. Y es también una ocupación de mucha gente en la Vicaría. Actualmente hay promotores vocacionales con dedicación exclusiva o preferente en cada zona y equipos de vocaciones integrados por laicos. Existen planes de pastoral vocacional bien definidos.

Más en concreto. En México hay cuatro promotores vocacionales, dos con dedicación exclusiva, uno en Querétaro y otro en la Ciudad de México, los otros dos con dedicación preferente, el de Chihuahua y otro más en Querétaro que conjuga la promoción con el apoyo a la formación. Los equipos están constituidos en casi todos los ministerios del centro y su trabajo depende en gran medida del respaldo que tengan de los frailes. En Chihuahua sólo hay un equipo que poco a poco va consiguiendo rodaje. En México se da seguimiento a niños y adolescentes de manera sistemática ya sea en sus parroquias dentro de las actividades catequéticas o en convivencias y encuentros en las casas de formación en una promoción de la cultura vocacional. Y se les da seguimiento a adolescentes en visitas a sus colegios. La pastoral juvenil se está potenciando en nuestros ministerios con distinta suerte. Hay un equipo de religiosos que coordinan esta pastoral e intentan implantar las JAR.

En Costa Rica tenemos un promotor vocacional liberado y, gracias al tiempo que lleva prestando este servicio, cuenta con equipos de vocaciones en todos los ministerios. Allá se trabaja preferentemente con jóvenes; el seguimiento se da en la casa de formación en los encuentros o convivencias y en las experiencias de vida a las que son invitados los muchachos vocacionables.

Con el secretariado de vocaciones, distinto del de formación, pretendemos dedicarle nuestros mejores esfuerzos al quehacer vocacional. Consideramos que el trabajo es mucho, los frutos dependen del Señor.

En México está el único seminario menor que continúa existiendo en la Provincia. ¿Cómo es el futuro del Seminario San Pío X de Querétaro? ¿Qué porcentaje de sus estudiantes pasan al postulantado de México, D. F.?

No sé cuál será el futuro del San Pío X. Sé que aún es un presente que nos deja algunos frutos que no podemos descuidar. Pero no podemos pecar de ingenuos, el secretariado de formación ve la posibilidad de que se convierta en un pre-postulantado para jóvenes que ya terminaron su bachillerato y requieran de un tiempo de ambientación en una casa formativa para trabajar aspectos académicos y de convivencia antes de pasar al Postulantado.

De los 20 postulantes que iniciaron el año en México, 13 provenían del San Pío X de Querétaro. De los seis formandos que están en España, tres provienen del San Pío. Creo que son cifras muy significativas.

¿Cómo se encuentra el postulantado del Hueso? ¿Cuántos formandos tiene?

Este curso es el año que más postulantes ha tenido el Hueso en sus casi veinte años de existencia. Iniciaron 20, y ya tuvimos la primera baja, por lo que quedan 19.

En nuestro postulantado actualmente están cuatro religiosos; tres de ellos constituyen el equipo de formación. El prior es al mismo tiempo formador. Considero necesaria la presencia de un religioso más que haga las veces de prior o formador.

Recientemente el seminario de Costa Rica se ha convertido en una casa de formación para aspirantes y postulantes de todo Centroamérica. ¿Cómo valora el hecho? ¿Se continuará caminando en esta apertura a otros países cercanos a Costa Rica?

Para mí es un hecho muy positivo que refleja que el trabajo vocacional que nosotros realizamos es enriquecido y ampliado por muchas personas más que en muchas ocasiones ni siquiera imaginamos. El promotor de Costa Rica sale de su país para visitar a muchachos concretos, que han tenido algún contacto con alguien que los ha encaminado hasta él. Acude al encuentro personal con ellos. Los mismos jóvenes o familiares cercanos son los promotores vocacionables fuera de las fronteras ticas.

Supongo que seguirán llegando muchachos de otras naciones vecinas, ya que los centroamericanos procuran visitar o residir en Costa Rica, país que ofrece mejores condiciones de vida, laborales y de seguridad.

Las vocaciones “ticas” (costarricenses) a la vida religiosa están escaseando en todas las congregaciones; más bien nosotros éramos una excepción por contar durante mucho tiempo sólo con formandos costarricenses. No cabe duda que Dios se las ingenia para que no falten jóvenes que vengan a compartir nuestro santo propósito.

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