Mediante un acuerdo entre la Prelatura de Lábrea y el Consejo para el Desarrollo Humano del Gobierno del Estado, el Centro Esperança de Tapauá verá acabadas sus obras
El Gobierno del Estado de Amazonas, a través del Conselho para o Desenvolvimento Humano (CDH) —Consejo para el Desarrollo Humano—, órgano presidido por Sandra Braga esposa del Gobernador del Estado de Amazonas, Eduardo Braga, ha destinado recursos financieros a la finalización de las obras del Centro Esperança de Tapauá (Amazonas, Brasil).
El Centro Esperança es una institución de la Prelatura de Lábrea que tiene actualmente tres sedes: en Lábrea, con 300 alumnos, en Tapauá con 140 alumnos y en Pauiní, con 70. El año 1992 se inicia en la ciudad de Lábrea un proyecto, auspiciado por la Pastoral del Menor, por el que se que quiere prevenir la entrada de menores en comportamientos como las dependencias químicas, la prostitución infantil, la formación de bandas de delincuencia y la desocupación.
Con pocos medios y menos personas, los religiosos llaman a su proyecto “Centro Esperança” (Centro Esperanza) con el deseo de que los jóvenes piensen en su futuro con esperanza. Se empezó con una veintena de adolescentes y un solo taller.
La realidad social de las pequeñas ciudades aisladas del centro de la amazonia empezaba entonces a parecerse demasiado a la de las grandes urbes del sur del país. Si hasta entonces no eran habituales las drogas (salvo el omnipresente alcoholismo) y era relativamente fácil conseguir un trabajo, a mediados de los 80 y al inicio de los 90 comienzan a notarse las graves dificultades que sufrirían los jóvenes y adolescentes en una sociedad que no les daba esperanzas de futuro.
La filosofía del “Centro Esperança” es sencilla: se trata de retirar a los jóvenes de ambos sexos de la calle para ofrecerles talleres profesionales que, además de prevenirles de compañías poco recomendables, les daba elementos de aprendizaje para enfrentarse mejor a la falta de trabajo.
Con ayudas de España y de la diócesis brasileña de Vitoria (Estado de Espíritu Santo, Brasil), con esfuerzo, voluntad y mucho tiempo, se consigue dotar al Centro de instalaciones adecuadas, de más profesores y se añade una comida que, para muchos de los chavales, es la principal del día, por carecer en casa de lo más necesario para vivir.
Desde 2001 se había comenzado la construcción de un nuevo Centro Esperança en Tapauá. El Centro ha utilizado la misma infraestructura de la parroquia (salas de catequesis, especialmente), lo que implicaba faltas de espacios formativos y colisiones de horarios y tiempos entre el Centro y el resto de pastorales.
Sin embargo, diversos problemas han ocasionado que las obras comenzadas en 2001 no terminasen a tiempo. Algunas de las fuentes de financiación previstas han fallado por causas diversas.
Con este acuerdo, el Consejo para el Desarrollo Humano del Gobierno del Estado de Amazonas ya ha entregado una primera ayuda de 127.000 reales brasileños (algo más de 36.000 €) para la finalización de las obras (pintura, electricidad, cuadra deportiva, especialmente) y así tener un nuevo Centro Esperança operativo al 100% desde el próximo curso.
El Gobierno del Estado de Amazonas ya ayuda a las tres sedes del Centro Esperança mediante el pago de consumibles y comida, en diferentes valores, mediante los programas Cunhantã-Curumim (muchacho – muchacha) y Manutenção de Rede (mantenimiento de red) de la SEAS (Secretaría de Asuntos Sociales) y la SETRAB (Secretaría de Trabajo).






